El patio interior del Museo Comarcal acogió el viernes la última sesión de las VII Jornadas de Historia. Esta cita cultural cerró el ciclo de ponencias en un año de completa normalidad. En ese sentido, la concejala de Cultura, Lourdes Rodríguez de Guzmán, se mostró ilusionada por poder disfrutar otra vez “de la cercanía del público”. Asimismo, agradeció la participación de los ponentes, la acogida del público, y en especial, la labor “encomiable” del director del Museo, Diego Clemente. La concejala adelantó que el libro de las VI Jornadas de Historia se publicará en fechas navideñas.
La clausura de esta edición contó con la presencia de Carmen Pilar Sánchez Gutiérrez, quehabló sobre la restauración del molino de Molemocho en 1998. El objetivo de la investigación es “reivindicar su valor histórico, económico y social y dar a conocer la realidad de su reconstrucción”, explicó. La ponente aseguró que existen partes restauradas “que no reflejan la originalidad del molino” como son las cuadras, la vivienda del molinero o los techos. Además, confirmó que Molemocho es un “edificio importante al estar situado en la entrada del parque nacional”, y por ello, la importancia de conservar todo lo relacionado con el molino.
A continuación, Luis Ruiz-Valdepeñas Herrero, descendiente de los antiguos propietarios del edifico del museo, rememoró los antecedentes de la casa. A través de imágenes y vídeos, explicó cómo ha cambiado la vivienda desde 1944 hasta 2001, año en el que fue cedida al Ayuntamiento de Daimiel. Asimismo, resaltó que la casa sufrió varias reformas para construir una consulta médica y darle un toque de modernidad. La intención de esta ponencia, como aseguró Ruiz-Valdepeñas, es “hacer pública la estructura de la casa y conocer cómo se vivía en ella”.
La última jornada de las VII Jornadas de Historia se cerró con la intervención de Miguel Torres Mas sobre los primeros resultados de las campañas arqueológicas de 2021 y 2022 en la Motilla del Azuer. El arqueólogo confirmó que el descubrimiento de un puñal metálico “fue todo un gran acontecimiento porque no son nada frecuentes de encontrar”. Además de objetos metálicos, se han descubierto estructuras similares a las de una vivienda o piezas de cerámica y se han exhumado los restos de seis fallecidos. Todos estos hallazgos han permitido “avanzar en el conocimiento de cómo eran los seres humanos de hace 4000 años en nuestro territorio”, afirmó Torres. Asimismo, agradeció la labor del Ayuntamiento de Daimiel, de las universidades colaboradoras, en especial de la Universidad de Castilla-La Mancha, y de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha. El arqueólogo recalcó la importancia de preservar el yacimiento y aseguró que “aún quedan bastantes enigmas y estructuras por conocer”.