No hay manera. El juicio a uno de los cuatro presuntos autores del timo del supermercado Yetri de Villanueva de los Infantes tampoco se juzgará en la Audiencia esta semana, como estaba previsto. Trece años después del pufo de 353.937 euros, que afectó a una treintena de empresas de la comarca, la posibilidad de juzgar a uno de los cuatro presuntos estafadores se ha disipado por problemas de salud.
Se ha dado un golpe
F.C.M, murciano de 60 años, “se ha dado un golpe”, ha confirmado a Lanzadigital.com su abogado, y no está en condiciones de ser juzgado, por lo que la sección segunda ha suspendido la vista oral, que los afectados llevan esperando desde hace trece años.
Dos huidos y un muerto
Esta vez el retraso no es achacable a la administración de Justicia. Los cuatro escurridizos timadores, que se marcharon de Infantes a finales de febrero de 2006, con comestibles que no pagaron y revendieron a un precio inferior, han estado casi una década fugados (utilizaron nombres falsos), situación en la que siguen A.P.G.V. y J.A.M.R. S.G.V., el cuarto implicado, ha muerto.
Según fuentes judiciales F.C.M. sí está dispuesto a ser juzgado, pero para eso se tendrá que restablecer.
Entre los años 2005 y 2006
El timo del supermercado de Infantes se perpetró entre septiembre de 2005 y febrero de 2006, cuando estos supuestos hombres de negocios se quedaron con el traspaso del supermercado Yetri de la localidad.
El papeleo con el primer propietario lo resolvieron en octubre de 2005, un mes después firmaron cuatro contratos de trabajo de personal para recibir mercancías y hacer acopio de productos para abrir un negocio que en realidad era una estafa.
Entre los meses de noviembre de 2005 y febrero de 2006 hicieron pedidos de distintos productos a empresas de la zona que no pagaron. Para aparentar solvencia abonaron mercancías de poco valor, pero cuando se ganaron la confianza del entorno hicieron pedidos de más cuantía por los que entregaron pagarés.
La cooperativa local, entre los perjudicados
En apenas cuatro meses entablaron relaciones comerciales con una treintena de empresas de la localidad y la comarca, entre ellas la cooperativa Nuestra Señora de la Antigua o Refrigeración Aparicio; eso sí, en todos los documentos aparecían con nombres falsos, hasta que el 24 de enero de 2006 desaparecieron.
Con los salarios al personal que contrataron para la recepción de la mercancía y los pedidos la estafa asciende a los más de 350.000 euros, como recoge el escrito de acusación de la fiscalía.
Para el único acusado localizado, F.C.M., (condenado en el año 2001 en Murcia por otra estafa), la fiscalía pide seis años de cárcel como responsable de un delito continuado de estafa, con la agravante de reincidencia (se le aplica la pena anterior a la última reforma del Código Penal). En el procedimiento están citados treinta y dos testigos.