El fuerte estruendo de los cohetes, que no han parado de sonar durante todo el día, y la Virgen de la Paz, que ha procesionado por las calles de Villarta de San Juan para proteger a sus vecinos un año más, han sido los dos grandes protagonistas de este jueves, 24 de enero, día en el que se ha celebrado la fiesta grande de esta localidad manchega, Las Paces de Villarta de San Juan, declarada de Interés Turístico Regional.
Desde primera hora de la mañana, los cohetes o “cobetes”, como los llaman los vecinos de mayor edad, rompían el silencio del amanecer y los claros cielos con su humo blanquecino. Los vecinos de la localidad se despertaban y su gallo particular eran el estruendo de estos artefactos pirotécnicos que no faltan en Villarta de San Juan durante sus fiestas. Nada más salir a la calle, ‘los coheteros’ de las más de 20 peñas coheteras de Villarta alzaban su vista al cielo para comprobar la dirección y la fuerza del viento para tirar “cómodamente” sus particulares proyectiles.
“500 docenas de cohetes hemos comprado este año. 400 para hoy y 100 que hemos tirado durante estos días”, comentaba Luis Ángel, quien lleva “tirando desde los 8 ó 9 años” y es presidente de la peña cohetera ‘Nuestra Patrona’, mientras esperaban la salida de la Virgen de la Paz en procesión por las calles de Villarta. Este cohetero destacaba el “entusiasmo” de él y de sus compañeros de peña de vivir todos los años el día grande de estas fiestas. “Le pediremos a la Virgen que este 2019 no nos pase nada”, decía, pues cada cohete es una petición a la virgen.
La fiesta de Las Paces, declarada de Interés Turístico Regional en el año 1994, y que este año, según ha asegurado la alcaldesa de la localidad, Felicia Bascuñana, cumple sus 650 años de historia, es la ‘fiesta grande’ de la localidad donde los villarteros expresan su devoción hacia la Virgen de la Paz a través del fuego y el ruido de los cerca de 200.000 cohetes que se lanzan al cielo durante este día en señal de fe y agradecimiento hacia la patrona.
Según se acercaban las doce del mediodía, los vecinos de la localidad y de muchas localidades cercanas, como Daimiel, Torralba, Arenas de San Juan, Puerto Lápice, entre otras muchas, se aproximaban a las inmediaciones de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, desde donde se iniciaba la procesión de la patrona por las calles de la localidad.
A las 12.30 horas salía por la puerta de la iglesia la Virgen de la Paz entre vítores y lágrimas de alegría entre sus vecinos más devotos y con un fuerte estruendo de los cohetes lanzados por los integrantes de la veintena de peñas en señal de alegría y fe.
Portada a hombros por los vecinos más devotos, la virgen echaba a andar sobre la una de la tarde, mientras la banda de música de Villarta y las peñas coheteras abrían paso a la patrona por las calles de la localidad, mientras centenares de espectadores se agolpaban en las calles del recorrido.
2.000 docenas de cohetes en apenas tres minutos bajo el nombre de ‘Operación 2.000’
A las tres en punto de la tarde llegaba la ansiada y esperada ‘Operación 2.000’, una singularidad de estas fiestas que la hace única. 2.000 docenes de cohetes que explotan en apenas de tres minutos cuando la patrona llega a la iglesia de San Juan Bautista de la localidad, conocida entre los vecinos, como ‘la iglesia vieja’.
El río Cigüela, o Gigüela para los vecinos de Villarta, es el testigo de la ‘Operación 2.000’, donde pueden observar la batería formada por 2.000 docenas de cohetes (24.000).
Tras el estruendo asolador de los 24.000 cohetes, que hacen vibrar literalmente toda la localidad de Villarta, la virgen se dirigía hacia su iglesia, donde descansará hasta el próximo año. Pero antes, los vecinos pujaban por ser el próximo año quienes paseen a su patrona a hombros por las calles de la localidad.