Cuando se cumplen tres décadas desde la incorporación de la mujer al mundo vitivinícola, el sector ha registrado una nueva mirada, con nuevas sensibilidades y expresiones y, sobre todo, con su hacer y voz conquistados por derecho propio.
Enólogas, bodegueras, comercializadoras, sumilleres, expertas en divulgación, técnicas elaboradoras o simplemente como consumidoras, las mujeres se han empoderado “con fuerza” en un mundo de hombres y han conseguido romper techos de cristal.
Estas reflexiones han centrado ‘Vino en femenino’, una de las actividades de la Feria Nacional del Vino (Fenavin), que se ha inaugurado este martes en Ciudad Real, con gran éxito de participación de bodegas y cooperativas y de compradores internacionales.
Carmen Ciudad, directora de márketing de Impronta Eventos, ha coordinado la mesa, compuesta por seis profesionales femeninas, referentes en sus respectivos ámbitos, que han contado su experiencia y las barreras que han tenido que superar.
Menos mujeres profesionales
Ana Marcos, periodista y crítica especializada en vinos y gastronomía, ha hablado de su llegada al sector hace más de 30 años con “menos mujeres profesionales” y un “panorama muy distinto”, coincidiendo con “los albores de la nueva cocina”, y una revolución gastronómica que empezó a vertebrar la sociedad como cultura.
Como periodista gastronómica tuvo que romper “techos de cristal”, todavía presentes porque “son de hierro armado”, aunque en el camino “he aprendido mucho y me he enriquecido”.
Ana Marcos, directora técnica de bodegas La Melonera, de Ronda (Cádiz), también ha recordado sus inicios en esta empresa, donde obtuvo el puesto “por insistencia”, pues “era más complicado y más difícil” para una mujer.
La también enóloga y recuperadora de variedades autóctonas ha celebrado su dedicación por los matices y el aprendizaje que ha acumulado, sobre todo en la búsqueda y el mantenimiento de la diversidad en la vid.
Esfuerzo y trabajo
Su colega, también enóloga y directora técnica de Pago del Vicario, Susana López Mendiondo ha hablado de pioneras en el sector, como Isabel Mijares, quien para ella fue una maestra tras abrirle las puertas en ‘La guía con encanto’. “Me ayudó a vivir el vino”, ha recordado, a la vez que ha aplaudido su aprendizaje como enóloga y “el esfuerzo y el trabajo” que la experta le transmitió para poder “demostrar más” como mujer.
También ha aprendido de Peter Sisseck, sobre todo en el terreno de los coupages porque “ningún vino es igual”.
La prestigiosa sumiller María José Jurado también ha reconocido las dificultades de su primera etapa profesional, y su planteamiento de “poder hacer lo mismo, incluso intentar superarlo”.
Sin embargo, la jefa de sala de La Catapa, se ha sentido acogida por hombres y también por los clientes en un escenario en el que ella ya se ganó la confianza hace años y en el que “cada vez hay más mujeres”.
Formación
La periodista especializada en vinos, Mar Romero, que está al frente del espacio ‘Mesa y Descanso’ en Capital Radio, ha valorado la formación como instrumento de la mujer para poder ascender en el ámbito vinícola, aunque también “para los hombres”.
También ha reconocido “que hay barreras”, aunque en el mundo de la restauración y el periodismo las mujeres tienen voz propia.
Éxito
Por último, la artista malagueña Pasión Vega ha repasado su exitosa trayectoria musical “también un mundo de hombres”. “Mi aprendizaje ha sido a paso lento” dentro de “un camino largo pero seguro para no dar pasos en falso”, siempre rodeada de varones (producrores, músicos, managers…).
Ha reivindicado referentes de la copla como Imperio Argentina, Concha Piquer o la Argentinita, “mujeres con fuerza en el arte y ejemplo a seguir”. Ha reparado, asimismo, en “la unión entre mujeres”, dentro de un invisible hilo asertivo y sororo.