Miles de vecinos de Ciudad Real han salido este domingo para acompañar a la Virgen de Alarcos en su Romería, a la que han acompañado en su recorrido, aprovechando la buena temperatura y las ganas de reencuentro, en lo que es una tradición que se transmite de padres a hijos.

A primera hora de la mañana, la Iglesia de San Pedro se ha llenado de feligreses para compartir la tradicional misa, que da inicio a la jornada de Romería. «Peregrinos de María y del Espíritu Santo», en un ejercicio que el Padre que ha oficiado ha catalogado, «no es un domingo para subir al cerro, sino para alcanzar el cielo desde la fe».

Transportada en andas desde la Iglesia de San Pedro por los hermanos de la Cofradía de la Flagelación y desde la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva por la reata de mulas llegada desde Tomelloso, se ha completado el recorrido hasta Alarcos, con una parada previa en La Poblachuela para degustar unas migas que nadie ha querido perderse bajo la sombra de los sombreros de paja con las que se han inundado los caminos de tierra y polvo.

El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, ha encabezado la Romería, acompañado por numerosos miembros de la corporación municipal, así como por Frasi López, presidenta de la Federación de Peñas y de la Hermandad de la Virgen de Alarcos.

Traslado en mulas hasta Alarcos
Como es tradicional, concluida la función religiosa, sobre las diez de la mañana, la Virgen de Alarcos ha partido desde la iglesia de San Pedro portada a hombros por hermanos de la Cofradía de la Flagelación hasta la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva. Allí, se ha llevado a cabo una parada, que ha sonado a folklore, a tradición y a devoción a una Virgen.

La Agrupación Folklórica “Señora de la Sierra” de Villarrubia, el Grupo Promoción Folklore Extremeño “Caramancho” de Don Benito, el Grupo Folclórico Villaviciosa Aires de Asturias de Villaviciosa y la Asociación de Coros y Danzas Nuestra Señora del Prado de Ciudad Real, han acompañado con bailes y música la llegada de la Virgen, que ha sido cargada sobre la reata de cinco mulas, para completar su recorrido hasta la ermita de Alarcos.

La Poblachuela vuelve a ofrecer sus tradicionales migas
Poco antes de las doce menos veinte de la mañana, la Virgen ha llegado a La Poblachuela, donde los romeros hacían cola para reponer fuerzas con unas contundentes migas, que llevan el sello de calidad de Juan Vicente Pueblo, que llevas décadas haciéndose cargo de un servicio que ya es patrimonio.
Aledañas a la gran sartén, esperaba la ‘limoná’, para remojarlas, sabiendo que por delante, todavía quedaba un trecho, cubierto de romeros y sombreros.