El otoño además de evocar la caída de las hojas de los árboles, también es sinónimo de bajada de temperaturas y la llegada de las infecciones respiratorias, como los resfriados y la gripe. Respecto al resfriado común es normal sufrir entre 2 y 5 al año, se asegura desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, una cifra en en niños pequeños pueden ser más, sobre todo si van al colegio o la guardería. Además tienen más probabilidades de tener un catarro las personas que están en contacto con niños pequeños si fuman o si padecen estrés, malnutrición o rinitis alérgica.
Si se habla de la gripe cada año se infecta en España entre entre 3 y 3,5 millones de personas, lo que hace que se considere una epidemia. La infección por el virus de la gripe es más frecuente en niños y en mayores de 64 años, y predomina en los meses fríos.
Por este motivo es necesario mantener las defensas fuertes además de con otras acciones, manteniendo hábitos saludables tanto en la alimentación, llevando una dieta saludable, como el descanso nocturno. Estos gestos reforzarán el sistema inmute ante la llegada de esta temporada de gripe y otras infecciones respiratorias según lo apuntado por el director médico del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, Pablo Turrión.
A estas alturas del año comienza a despuntar la incidencia de virus como el rinovirus, el adenovirus o el virus respiratorio sincitial (VRS), que afectan especialmente a personas mayores y pacientes con enfermedades crónicas. Por ello, Turrión ha detallado que seguir una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas de calidad, aporta los micronutrientes necesarios para que el organismo funcione de manera adecuada.
Asimismo, priorizar el descanso y dormir bien por las noches favorece la regeneración celular, mientras que la práctica regular de actividad física de intensidad moderada contribuye a mantener el cuerpo activo y fuerte frente a las infecciones.
Adelantar la vacunación
Turrión ha hecho énfasis en que adelantar la vacunación «es una estrategia clave» frente a la gripe. Según ha explicado, el sistema inmunitario tarda entre dos y cuatro semanas en desarrollar una respuesta protectora tras la administración de la vacuna, por lo que hacerlo en estas semanas permite llegar al pico epidémico con defensas consolidadas.
Precisamente en Castilla-La Mancha acaba de comenzar la campaña de vacunación estacional 2025-2026 frente a los virus de la gripe y COVID. Estará hasta el 31 de marzo de 2026 en el caso de gripe y VRS, aunque frente a COVID continuará abierta para las personas con indicación de vacunación.
El experto ha comentado las ventajas de la vacunación, que disminuye la incidencia de complicaciones respiratorias, reduce los ingresos hospitalarios y, con ello, evita la sobrecarga de los servicios de Urgencias.
El impacto de estas infecciones no se limita al plano clínico, sobre todo en personas mayores, en quienes la fiebre, la fatiga y la dificultad respiratoria suelen derivar en pérdida de autonomía, reducción de la actividad física y limitación de la vida social, además de agravar problemas de salud ya existentes, han apuntado los expertos.
Ventilar y lavarse las manos
Mantener los interiores ventilados para reducir la exposición a patógenos es otra de las medidas recomendadas por el facultativo. Con este objetivo, se puede recurrir abrir las ventanas al menos 10 minutos al día, utilizar humidificadores y mantener los espacios libres de polvo.
Junto a esto, ha aconsejado el lavado frecuente de manos con agua y jabón, o con soluciones hidroalcohólicas, ya que es una de las medidas más eficaces para frenar la transmisión. En situaciones de alta densidad de personas, como transporte público, centros sanitarios o eventos sociales, ha sugerido el uso de mascarilla, especialmente en personas de riesgo.
En caso de sufrir fiebre durante un tiempo prolongado, tos intensa o dificultad para respirar, ha instado a no normalizar los síntomas y acudir al médico para una valoración, lo que permite descartar coinfecciones o complicaciones como neumonía o exacerbaciones de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o asma que pueden modificar la forma en que el sistema inmunitario actúa.
«Estas infecciones tempranas también son relevantes porque pueden modificar la forma en que el sistema inmunitario responde a la gripe y a otros virus estacionales. En algunos casos, la exposición previa a determinados virus respiratorios puede intensificar la inflamación o influir en la severidad de los síntomas posteriores, lo que hace que el seguimiento clínico y la atención individualizada sean fundamentales», ha finalizado Turrión.
