La Semana Santa de Daimiel ha podido contar este año con la procesión de ‘Los Blancos’. Si bien en 2024 la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de los Dolores tuvo que conformarse con celebrar en el interior de la iglesia de Santa María un acto en homenaje a sus imágenes titulares, esta vez la amenaza de lluvia, aunque presente en todo momento, no ha impedido que las calles de la localidad se tiñan de blanco y morado en la tarde del Viernes Santo.
La salida desde la iglesia de Santa María la Mayor tuvo lugar a las 17.15 horas, momento que congregó a numerosos hermanos, fieles y autoridades, como el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra.
El cortejo, que estuvo acompañado por la Banda Municipal de Música y la Unión Musical La Moraleja, de Villanueva del Arzobispo (Jaén), comenzó con la salida del paso de San Juan Evangelista, que lucía el manto verde y túnica roja, símbolo de su fidelidad y cuidado de la Virgen María. Tras él, la Elevación de la Cruz protagonizó un momento de especial emoción entre todos los presentes.
Acto seguido, el paso de Santa María Magdalena, talla encargada a José Rivas en 1944 y restaurada en 1999, aportó un aire penitente y devoto al cortejo.

La salida del Cristo de la Expiación protagonizó uno de los momentos más emotivos
La salida del Cristo de la Expiración, que representa la pasión y muerte de Cristo con gran expresividad, protagonizó uno de los momentos más emotivos de la tarde. La multitud quedó admirada ante la imponente imagen, que procesionó sobre el trono adornado con detalles que representan las 14 estaciones del Vía Crucis y los evangelistas.
Finalmente, daimieleños y daimieleñas pudieron disfrutar un año más de la solemnidad y belleza de Nuestra Señora de los Dolores. Esta obra de Francisco de Pablo de 1946, vestida con un manto bordado en oro y un palio de 2002, cerró el cortejo simbolizando el dolor de la Virgen en la pasión de su hijo. Tras ella procesionaba el consiliario de ‘Los Blancos’, Valentín Sánchez-Rojas.
Los hermanos, que vistieron su tradicional túnica blanca y capa de color morado, mostraron unidad y respeto en cada paso. La participación infantil fue destacada, pues numerosos niños y niñas formaron parte activa en la procesión como ‘jóvenes de San Juan’ y aportaron un toque de esperanza y continuidad a esta tradición centenaria.