A las nueve en punto de la tarde del Jueves Santo, con excelente temperatura, partía de la parroquia de Santa Catalina la procesión de la Santa Vera Cruz. Cuando la torre del reloj del templo daba la hora exacta, salía a la Plaza Mayor la cruz parroquial, seguida del estandarte de la cofradía. Es la forma habitual de iniciarse este desfile procesional de la cofradía más antigua de La Solana, que este año ha tenido como principal novedad la renovación completa de la Junta Directiva, que ha estimado conveniente realizar algunos cambios en determinados pasos. Unos cambios que se ajustan a lo que era la indumentaria de las imágenes años atrás.
Continuando con el orden de la procesión, el primer paso en desfilar fue el del Niño Jesús, una imagen que, como ya es conocido, se guarda durante todo el año en el claustro del convento de las Monjas Dominicas. Le seguía la banda de Jesús Nazareno, de la vecina localidad de Membrilla, delante del paso de Jesús Orando en el Huerto, confortado por el ángel, y detrás las representaciones de las Juntas de Hermandades de Pasión de la localidad.

El paso del Ecce Homo, conocido popularmente como “el de la capilla colorá”, que representa la presentación de Jesús al pueblo por el gobernador Pilato, era acompañado por nazarenos de capa y capirote rojo, con túnica blanca, marchando detrás la Agrupación Musical de San Sebastián. Nazarenos de túnica morada acompañaban al paso de Jesús de la Cruz a cuestas. Las dos imágenes del mismo han tenido algunos cambios en su ornamentación, volviendo a colocarse a Jesús la túnica morada, como unos años atrás, quitando otros añadidos que se le habían colocado al Cirineo, que volvió a desfilar tal y como es la talla.
Nazarenos de túnica blanca con capa y capirote morado acompañaban al Cristo del Amor y la Dolorosa. La imagen del Cristo contó de nuevo con el sudario que perteneció a la primitiva imagen quemada en julio de 1936, acompañando al paso la Banda Municipal de Música solanera, que al salir el paso a la Plaza Mayor interpretó la marcha “Cristo del Amor” original del director, Ángel Sancho.

Dos largas filas de nazarenos, mayoritariamente mujeres, así como las figuras vivientes de la Verónica, la Magdalena y la Samaritana, acompañaron al paso de la Virgen de la Esperanza, que volvió a vestir completamente de verde y blanco, sin algún otro añadido de años precedentes en el fajín.
La presidencia religiosa corrió a cargo del párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey, y detrás concejales de los grupos popular y socialista, encabezados por la alcaldesa, Luisa Márquez. A lo largo de todo el itinerario fueron miles las personas que contemplaron el desfile, que estuvo acompañado por buen tiempo durante las dos horas que recorrió las calles.
