Del templo han comenzado a salir los penitentes de la Cofradía de la Santa Cruz para iniciar su estación de penitencia. Durante veinte minutos, hombres y mujeres han salido de la iglesia para marchar al ritmo que marcaba el redoble del tambor y el lamento de las cadenas sobre el pavimento.
Cuatrocientos cofrades, calculamos, que han llevado a cabo un recorrido procesional que ha durado poco más de una hora. Pasadas las cuatro y cuarto de la mañana entraba en la plaza de España la cabeza de la procesión. Minutos antes del inicio de la estación de penitencia una llovizna presagiaba lo peor para los cofrades —recordemos que “El silencio” procesiona, aunque caigan chuzos de punta—, pero se ha quedado solo en el susto.
Los penitentes, ataviados con túnica monacal, con la cabeza cubierta con la capucha, la cruz a cuestas y muchos arrastrando cadenas y otros descalzos han recorrido el primitivo itinerario de la procesión. Este ha sido, plaza de España, Independencia, Domecq, Carboneros, Carlos Morales, Doña Crisanta, Veracruz, Socuéllamos, plaza de España y Parroquia de la Asunción. Junto a los cofrades, el paso titular de la hermandad, la Gran Cruz Expiatoria del Pueblo. Ha presidido la estación penitencial el párroco de la Asunción y consiliario de la Junta de Cofradías, José Ángel Martín.