La Semana Santa termina en Guadalmez, entre el Valle de Alcudia y la comarca de Almadén, con una curiosa tradición que implica a los jóvenes que han llegado a la mayoría de edad o pronto entrarán en la edad adulta, este año chicos y chicas nacidos en los años 2006 y 2007: la ‘pingá’ del Arco de los Quintos, que horas después derriban los chavales del siguiente año en edad, el Domingo de Resurrección.
La tradición, que simboliza el tránsito a la edad adulta, consiste en que el grupo más mayor, en este caso chavales que el año que viene cumplirán veinte años, elaboran un arco majestuoso, “decorado con esmero” dice el Ayuntamiento, para dar la bienvenida a una nueva etapa en la vida.
La tarea no es sencilla se hace un diseño, se introducen elementos decorativos, se trabaja duro en el arco y se decora la plaza del pueblo. Todo el Sábado Santo. En esa mañana se van incorporando elementos decorativos, flores y cintas, que le dan al arco un carácter festivo.

Lo elaboran durante el Sábado Santo
A las cinco de la tarde ya tenían la estructura montada y lo “pingaron” sobre la 1.30 horas de la mañana del Domingo de Resurrección. El arco pasa unas pocas horas a la vista para que lo admire todo el pueblo. El domingo después de la misa de Resurrección los quintos de 2007 lo derriban. El año que viene serán ellos quienes tengan el honor de diseñar y “pingar” su propio arco.
Este año el arco ha tenido forma de corona con la idea de representar los valores de «honor, juventud y renovación», aseguran las mismas fuentes.
“Este proceso no solo refleja el compromiso y la destreza de los jóvenes, sino también su voluntad de mantener viva una tradición con hondas raíces históricas, entroncada con la Semana Santa. El Arco de los Quintos es como un nuevo comienzo espiritual”, cuentan desde el Ayuntamiento.