El tiempo ha respetado este año el Jueves Santo valdepeñero. La ausencia de lluvia ha sido noticia, permitiendo una buena puesta en escena del Prendimiento de Jesús en torno a las ocho de la tarde en la Plaza de España. Cientos de devotos y curiosos se han congregado en las inmediaciones de la Iglesia de la Asunción, en una tarde-noche templada y de cielos inicialmente despejados, que luego se han ido cubriendo de nubes grises pero sin la amenaza inminente de chaparrón, como el que deslució este desfile procesional el año pasado. El público se ha arremolinado en torno a la fuente de la Plaza para asistir al que, sin duda, es uno de los momentos más emotivos de la estación de penitencia que pone en las calles valdepeñeras la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Amargura. La representación de esta escena de Prendimiento fue recuperada por la hermandad en 2018, después de que desapareciera de la Semana Santa local en los años 70 del pasado siglo. Esta escenificación es la que desde entonces, como también esta tarde, marca el inicio del recorrido del cortejo procesional.

La cruz de guía ha sido la primera en entrar en la Plaza, seguida del paso de Jesús Orando en el Huerto, y a continuación ha hecho su aparición el Beso de Judas. Tras la representación del Prendimiento, a cargo del grupo de la guardia romana de la hermandad, integrado por unos 18 miembros, la procesión ha comenzado su marcha en el horario más o menos previsto, con la Virgen de la Amargura cerrando el cortejo.
La comitiva ha salido de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción para enfilar la calle Real en dirección a la Plaza de la Vera Cruz, y luego discurrir por la calle Cervantes, llegar a Seis de Junio, donde más se ha lucido la composición de los tres pasos que integran este desfile procesional, y seguir por las calles Cristo y Virgen. Con un tiempo total de recorrido estimado en algo más de dos horas y media, hacia las 23.00 la comitiva tenía previsto el regreso al templo parroquial, para celebrar la Hora Santa, un momento de oración y recogimiento en el que participan cofrades y fieles. En torno a las diez de la noche el desfile transitaba ocupando aún el tramo central de la calle Seis de Junio.
Un esperado recorrido a costal
Tanto la hermandad, como sus seguidores y público, en general, esperaban para este Jueves Santo lo que finalmente ha sucedido, que la climatología acompañara para que una de las novedades de la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Amargura pudiera mostrar en todo su esplendor y dimensión el porte a costal del Beso de Judas. Esta innovación en el desfile procesional se puso en marcha el año pasado, pero quedó deslucida, entonces, por la aparición de la lluvia que obligó a modificar, recortar el recorrido y acelerar el paso de la procesión.
Este Jueves Santo, en cambio, el desfile, compuesto por los pasos de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Amargura, ambos portados sobre ruedas, y el Beso de Judas o Prendimiento, portado a costal, han podido completar el recorrido sin mayor contratiempo, flanqueados por el numeroso público que se ha congregado en las aceras, a lo largo del itinerario previsto. Un público que ha tenido que dividirse para poder contemplar también la procesión del Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Palma, que ha salido en horario similar del barrio del Santo Cristo.
Con todo, la hermandad de Jesús Orando en el huerto ha podido, por fin, desplegar todo su potencial y completar por primera vez un recorrido entero con el paso del Beso de Judas a costal. El paso ha sido portado por 48 costaleros propios de la hermandad, 32 de los cuales soportan en las trabajaderas, por turnos, el peso del paso. Antonio León, hermano mayor de la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Amargura, comentaba horas antes de la salida de la procesión que desconocen el peso exacto del paso, “pero no es poco”, teniendo en cuenta que la composición la integran cuatro figuras, las dos de la representación del beso de Judas, un romano, Pedro recostado en el huerto y un olivo que incorpora un pie de metal. Con todo, desde la cofradía, se asegura que no es de los pasos más pesados de la Semana Santa valdepeñera.


Incorporación de la diana, otra novedad
El porte a costal del Beso de Judas en su totalidad, por el nuevo recorrido aprobado el año pasado en la asamblea cofrade, ha sido una de las novedades que la Procesión del Prendimiento ha presentado este año, pero no la única. La incorporación de la diana, formación integrada por el cuerpo de romanos de la cofradía que entre las 9.00 de la mañana de este Jueves Santo y el mediodía han recorrido diferentes calles de la localidad, es otra innovación, ratificada por la Agrupación de Hermandades. Es una parte de la representación pasional que incorpora la entrega a la compañía de armaos del pergamino que por la noche leen en el momento del prendimiento de Jesús.
Nuevo ajuar para la Virgen
El nuevo ajuar de la Virgen ha sido otro de los estrenos destacados de la cofradía para esta Semana Santa. La Virgen de la Amargura ha lucido una nueva toca y un nuevo fajín o cinturón “de valor”, procedente de una donación anónima, según ha explicado a Lanza el hermano mayor de la cofradía. Esto ha permitido que la titular de la hermandad viera realzada su presencia en el palio, adornado con flores blancas.
En cuanto al exorno floral del resto de pasos, el de Jesús Orando en el Huerto, que destaca entre otras tallas de igual temática porque la figura de Cristo se encuentra orando de pie, algo poco habitual frente a la imagen clásica del Cristo de rodillas, ha salido con un adorno a base de lirios morados y flores silvestres. El Beso de Judas se ha engalanado, por su parte, con flores de color rojo.


Música ligera
La música ha sido un elemento imprescindible, como en toda procesión. El paso de palio ha estado acompañado por la Unión Musical ‘Ciudad de Valdepeñas’, el Beso de Judas por la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista, y el paso de Jesús por la banda infantil y juvenil de tambores de la cofradía, formada por padres e hijos que ensayan desde octubre para este momento. Entre las marchas interpretadas, han destacado piezas como «El evangelista», «Mi Amargura» y «Su Amargura», que han aportado solemnidad sin llegar al tono fúnebre de otras procesiones, ya que al ser esta una hermandad ‘no de sangre’ permite algo más de ligereza en el acompañamiento musical.
Devoción y compromiso
Alrededor de un centenar de cofrades de la Hermandad de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Amargura, vestidos con sus túnicas y capas moradas y capirotes blancos, han formado parte del desfile procesional de esta noche, en que han participado pequeñas representaciones de la mayor parte de las cofradías que integran la agrupación local. Junto a ellos han procesionado más de una quincena de mantillas, mujeres vestidas de galas negras, que han completado el cortejo.

Antonio León, hermano mayor de esta cofradía que atesora ya más de un siglo de historia (su primera salida procesional data del 1 de abril de 1915) e incorpora 275 hermanos, ha querido destacar la devoción y el compromiso de los cofrades. “Cada año intentamos renovar y dar más ilusión”, lo que parece que, a su parecer, está dando resultado porque “la hermandad va creciendo, también los costaleros y la banda de música [propia]”, según ha comentado a Lanza. El agradecimiento a los cofrades y a la población, en general, por el apoyo demostrado a las propuestas de la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Amargura es uno de los mensajes que el hermano mayor ha querido transmitir momentos antes del inicio de la procesión de esta noche.

