No osaremos afirmar que Ciudad Real, en lo taurino, vive una época dorada. Desafortunadamente, ni nuestros toreros ni nuestras ganaderías –aun teniendo nombres destacados en ambos casos- ocupan puestos de relumbrón en los principales abonos de la temporada europea. Sin embargo, se están dando los primeros pasos para cambiar tal realidad, sustentados en el decidido apoyo que la Tauromaquia recibe por parte de las instituciones que actualmente rigen los designios de las organismos provinciales y locales más relevantes, las cuales muestran un respaldo inequívoco al que es –ahí están los datos objetivos- el segundo espectáculo de masas en España. Un respaldo que debería quedar al margen del gusto o no gusto por la Tauromaquia del político de turno, que debe preocuparse por satisfacer las necesidades del pueblo y, según parece, aunque con legítimos detractores, los toros son del gusto de una importante parte de la población. Pero eso es otro cantar del que hoy no toca hablar.
Volviendo al hilo inicial, los toreros nacen, y también se hacen. Y en andadura tan compleja se hace necesario el apoyo institucional antes mencionado. Luego, tanto ganaderos como toreros tienen que poner el resto. Que no es poco.
Como no son pocos los toreros ciudarrealeños actuales, todos bien conocidos por el público y aficionados. Empero, hay un nombre que, tengo la sensación, no lo es tanto, y que –a falta de confirmación oficial- el próximo 21 de agosto, en corrida con toreros paisanos, verá cumplido su sueño de debutar en la plaza de toros de la capital de su provincia. Se llama Antonio Linares, tomó la alternativa en Pedro Muñoz (Ciudad Real) hace casi diez años, en 2016, y es de Tomelloso.
Linares, nacido en Manzanares aunque tomellosero de adopción, debutó con picadores hace ya trece años, en Torralba de Calatrava (Ciudad Real) para más señas, y llegó a cortar una oreja en Las Ventas como novillero con picadores en su debut en el coso madrileño, el cual no ha vuelto a pisar vestido de luces, antes de dar el salto al escalafón superior en la ya aludida tarde de Pedro Muñoz.
Tanto el propio torero como su apoderado y amigo, Ramón Marta, siempre han expresado su anhelo de debutar en el coso de Ciudad Real, tanto en su época de novillero como más tarde, ya como matador de toros, a pesar de la que la inmensa mayoría de toreros ciudarrealeños tuvieron la oportunidad de torear en el ruedo de la capital manchega antes de tomar la alternativa, bien fuera en novillada con o sin picadores o en festival. No fue el caso de Antonio quien, si nada indebido ocurre, verá cumplido su sueño, y el de muchos de los seguidores que acuden en número notable a las plazas de toros para acompañarlo. Por fin debutará en Ciudad Real. Más vale tarde que nunca.
Eso sí, Antonio. Te toca dar la cara, como estamos seguros igualmente harán los demás toreros que hagan el paseíllo contigo esa tarde, sean ellos dos o tres. Nosotros, por pedir, pedimos tres, y así se dará cabida a todos, sin dejar a nadie “desarropado”. No sería justo arropar a uno, y desvestir a otro. Y se trata de hacer justicia, ¿no?
Nos alegraremos por ti, Antonio. Por Tomelloso. Y por nosotros.