Plaza de toros de Manzanares. Un cuarto de entrada.
Se lidiaron seis toros de Castillejo de Huebra, nobles pero sin entrega en las telas. Mejor el cuarto, Junerito, número 70, al que se concedió la vuelta al ruedo. De presencia correcta.
Curro Díaz: oreja y dos orejas.
Álvaro Lorenzo: silencio tras aviso y dos orejas.
Jesús Enrique Colombo: ovación con saludos y dos orejas.
Los tres toreros salieron a hombros junto al mayoral. Los tres toreros saludaron antes de la salida del primer toro, si bien la ovación iba inicialmente dirigida a Curro Diaz, quien resultó cogido de gravedad en Manzanares el año pasado.
Uno lee que los tres toreros salieron a hombros junto al mayoral, como ha sido el caso del festejo que nos ocupa, y se imagina que la corrida ha sido de traca. Y seguramente lo sea en la mayoría de los casos; pero no en éste.
La corrida de Castillejo de Huebra tuvo la virtud de la nobleza, sí, pero adoleció de entrega y calidad. Soltaron la cara defensivamente y no anduvieron sobrados de casta. Así, al menos, lo vio el arriba firmante, cuya opinión, teniendo en cuenta los comentarios laudatorios escuchados en los tendidos y otros pronunciados por aficionados fuera de la plaza, difiere en no poco con el sentimiento de los que presenciaron el festejo. Y nos alegramos de ello. Con sinceridad. Porque que el público salga contento de una plaza de toros es indicio de que, probablemente, volverá en más ocasiones, y eso es lo que sostiene este espectáculo; no las crónicas de nadie.
Aún así mantenemos que si se cortaron hasta siete orejas fue por la entrega de los toreros y el acierto con los aceros en la segunda mitad del festejo. Fundamentalmente. Es decir, fue más a pesar de los toros que gracias a sus virtudes, a excepción del buen cuarto, por ello no entendemos la razón por la cuál el mayoral, que debe de saber más que yo -con poco- se atrevió a salir a hombros junto a los tres toreros al término del festejo. En mi opinión el triunfalismo tiene bastante que ver.
En cuanto a lo realizado por los toreros, diremos que Curro Díaz se pudo desquitar felizxmente en la tarde de hoy tras el trago que pasó en este mismo ruedo el año pasado. La disposición frente al bronco primero, e inspirados y personales pasajes con su torería por los dos pitones en el buen cuarto (bueno a secas) le granjeó tres orejas. Cabe citar que brindó su primer toro al equipo del doctor Masegosa que le operó el pasado año.
Álvaro Lorenzo se las vio con un primero flojo al que pinchó demasiadas veces, y arrancó meritoriamente dos orejas al quinto, inventándose una faena sin salirse de su corte clásico donde apenas nadie la había visto.
Jesús Enrique Colombo estuvo bullidor toda la tarde, poniendo en pie a los tendidos en los dos tercios de banderillas que protagonizó, y no sé aburrió con la muleta en el sexto, con toda la ambición en su expresion por salir a hombros junto a sus compañeros. Y lo logró, en parte merced a la gran estocada recetada, que contrastó con el mal uso que hizo de los aceros en el tercero.
Lo dicho, parece que hoy nos toca ser un poco cortapuntos. Y lo asumimos.