Tal y como publicábamos hace escasas fechas, la temporada taurina europea empieza a desperezarse. Ya se conocen los carteles de Illescas –cartelazo-, de Castellón o de Olivenza, abono este último que vuelve a reunir lo más granado de un escalafón que suma cientos de años de alternativa.
Y también nos desperezamos en la sección taurina de lanzadigital.com, en la nunca han faltado los reportajes de campo, y este año no va a ser excepción.
Esta temporada comenzamos con una ganadería que, sin estar radicada dentro de la provincia de Ciudad Real, sí guarda estrecha relación con la misma, por cercanía geográfica y personal; se trata de la vacada de El Ventorrillo. Y para muestra un botón: el año pasado, en el mes de abril en Tomelloso, se le concedió la vuelta al ruedo a uno de sus cuatreños lidiados por el alcazareño Aníbal Ruiz, si bien aquella tarde saltó otro toro aún mejor que fue a parar a las telas de David Mora.
Como muchos de nuestros lectores sabrán –y otros que no lo supieran hoy lo sabrán- El Ventorrilo es una ganadería de encaste Domecq –vía Juan Pedro Domecq- que se encuentra en el término de Los Yébenes (Toledo), en la estrecha carretera que une el cruce antes de llegar a la localidad toledana con Los Cortijos. Allí se encuentra Robledo de los Osillos, una extensión de alrededor de quinientas hectáreas donde Fidel San Román, propietario del hierro, y su mayoral Enrique Sánchez, crían –casi miman- al cerca de medio millar de cabezas que albergan la finca.
Según el mayoral, a quien debemos agradecer el magnífico trato que siempre dispensa a Lanza, este año las contrataciones están algo más paradas. Ha habido empresas que han visto la camada de toros de saca, pero en firme tan solo cuentan con la corrida que se lidiará en Las Ventas por San Isidro.
La camada de 2020
El campo luce un verde esmeralda precioso, el cual indica que la lluvia ha visitado con relativa abundancia estos prados últimamente. Y así ha sido, aunque el agua caída ha servido más para poner el campo bonito que para aumentar los niveles de nuestros pantanos; pero esa es otra –y preocupante- historia.
La camada del 2020 está llamada a continuar, o incluso mejorar, los buenos resultados cosechados en 2019, con varias corridas de nota, aunque lidiadas en cosos de menor relevancia, con un toro notable lidiado en San Isidro. Para este año hay preparadas cinco corridas de toros, las cuáles pudimos observar y fotografiar hace apenas una semana. Son toros de diverso trapío, el cual condicionará la plaza en la que finalmente serán lidiados, como dicta la lógica.
Hay toros “bonitos”, es decir, de los que cierran la cara y caben en la muleta, y los hay más ofensivos, cuyo destino será Madrid u otro coso en el que guste el toro más serio. Pero eso ya se verá. Y en lanzadigital.com daremos cuenta de ello.