El matador de toros Dámaso González ha fallecido en la madrugada del viernes al sábado, víctima de una larga enfermedad que se había agravado en los últimos meses.
Dámaso González Carrasco, nacido el 11 de septiembre de 1948, pasará a la historia como uno de los grandes toreros de su época, entre los años 70 y 80, destacando su proverbial temple. El torero albaceteño se formó como novillero en las capeas de los pueblos de su Albacete y Cuenca. Tomó la alternativa en Alicante el día de San Juan de 1969, con Miguelín de padrino y Paquirri de testigo y toros de Flores Cubero. Confirmó en Madrid en 1970 con El Viti y Miguel Márquez ante toros de Francisco Galache. Se retiró en 1988 y, tras un regreso en 1992, dejó los ruedos en 1994, toreando posteriormente alguna corrida esporádica, como la celebrada en la plaza de toros de La Solana en julio de 2003, en la que indultó un toro de Juan Pedro Domecq y de la que fuimos testigos en Lanza.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en nombre de todo el Gobierno regional, traslada sus condolencias a los familiares y allegados del diestro albaceteño Dámaso González, fallecido esta madrugada a los 68 años.
Natural de Albacete y ligado al mundo de la tauromaquia por sus raíces familiares ganaderas, Dámaso González fue una de las figuras más representativas del toreo de nuestro país en las décadas de los 70 y los 80.
Colaborador en muchas ocasiones en los programas de difusión de la tauromaquia del canal autonómico Castilla-La Mancha Media (CMM), cuenta desde hace dos años con una escultura conmemorativa, obra de Pedro Requejo, en la plaza de toros de Albacete -popularmente conocida como ‘La Chata’-, que este año celebra su primer centenario.
