Álvaro Lorenzo pegó el, hasta ahora, zambombazo de su vida al cortar tres orejas tres el Domingo de Resurrección en Madrid. Fue una sacudida que convulsionó el toreo, no por ser sorpresiva –que también- ya que la valía taurina de Álvaro Lorenzo se había intuido en más de una ocasión, sino por la contundencia del triunfo. Tres orejas son muchas, con el añadido de tratarse de un torero fiel a un concepto del toreo clásico que no echa mano de, como decía el maestro Antoñete, morisquetas. Álvaro Lorenzo es de los que saben torear, maravillosamente con el capote, y no menos con la muleta cuando sus lotes se lo permiten. Mañana sábado se presenta en Ciudad Real en la segunda corrida de feria, con una preciosa corrida de José Luis Pereda, junto a su amigo Daniel Luque y al ciudarrealeño Emilio Huertas.
LANZA: ¿En qué momento llega a Ciudad Real el triunfador del año en Madrid?
ÁLVARO LORENZO: Bien. Me encuentro realmente bien. Estoy toreando casi a diario y me encuentro preparado, disfrutando de lo que hago e ilusionado con los compromisos que tengo por delante, entre ellos, por supuesto, el de Ciudad Real, plaza en la que hago mi presentación este sábado.
L: Casi todos los toreros, salvo honrosas y destacadas excepciones, anhelan eso precisamente, torear de seguido, porque de ese modo se coge ritmo y te permite aumentar el oficio. ¿Hay alguna faceta no tan positiva que haya acusado Álvaro Lorenzo al torear casi a diario?
AL: Lo cierto es que no. Me encuentro bien. Como decía el maestro Antonio Ordóñez, descanso bien en el coche de cuadrillas, y como la preparación este invierno ha sido exhaustiva, no acuso nada negativo. Quizás eche en falta algo más de regularidad con la espada, pero por lo demás me encuentro muy a gusto delante de los toros.
L: Con el añadido de poder corregir aspectos que no convenzan de una tarde para otra.
AL: Así es. Cuando hay algún aspecto con el que no me he encontrado a gusto del todo una tarde, es una suerte tener la oportunidad de intentar mejorarlo en la siguiente corrida, que siempre es cercana en el tiempo. Es muy positivo torear tan de seguido para evolucionar y ahondar en tu toreo.
L: Haber cortado tres orejas en Madrid la misma tarde es algo de lo que no muchos toreros pueden presumir. Usted es uno de ellos. ¿Siente que ese triunfo del Domingo de Resurrección se está viendo reflejado en el trato que le están dando las empresas?
AL: Hombre, siempre se pueden mejorar cosas, y es cierto que me gustaría entrar en alguna que otra feria en la que no voy a torear, o hacerlo en otro tipo de carteles, pero en general estoy contento con el trato de las empresas. Estoy toreando, y teniendo en cuenta el nivel de exigencia tan alto que hay para todos los toreros hoy día, me siento un privilegiado.
L: Ya desde su época de novillero sin picadores llamó la atención la facilidad, y la elegancia, con la que manejaba el capote, cuando hoy día se pasan tardes y tardes sin apenas ver pegar una verónica notable. ¿Presta especial atención cuando entrena al toreo a la verónica?
AL: Es cierto que desde mis principios me gustó especialmente torear con el capote. Torear bien a la verónica tiene mucha belleza y una expresión muy especial. Y eso que dices de que no es fácil ver torear bien de capote todas las tardes, es porque torear bien a la verónica no es fácil. El toro tiene que brindarte una embestida especialmente definida en bueno para poder expresarte en plenitud, y eso no ocurre tan a menudo. Es cierto que siempre he tenido facilidad, pero también te digo que detrás hay muchas horas de entrenamiento.
L: Siendo un torero de corte fundamentalmente clásico, entra en su mente el salirse algo de ese concepto con el fin de triunfar.
AL: Intento que no ocurra. Uno no quiere salirse de la idea que tiene del toreo en su cabeza, pero sí creo que es bueno añadir matices que completen tu tauromaquia y le doten de mayor variedad. Hay que huir de la monotonía y crecer como torero.
L: ¿Qué característica de la embestida de un toro le incomoda especialmente?
AL: Varias cosas, pero quizás la falta de entrega. Cuando un toro te pega arrancadas irregulares eso te destempla un poco, porque te impide estructurar una faena ordenada o armónica. Pero bueno, es que los toros son animales y hay de muchos tipos. Unos se prestan más para expresar tu toreo, y otros no tanto. El mérito radica, precisamente, en dar respuesta acertada a cada tipo de embestida. Todos deseamos un toro entregado en sus acometidas, que es lo que también buscan los ganaderos, para que luego los toreros seamos capaces de expresarnos en el ruedo. Eso es lo que queremos los toreros, además del público en los tendidos.
L: ¿Y con qué toro ha sido ése con el que Álvaro Lorenzo se ha podido expresar más este año?
AL: Por suerte ha habido varias faenas. La tarde de Madrid, lógicamente, fue muy importante. Aquel sexto toro me hizo sentir de una manera muy especial. Fue una faena intensa, muy bonita y muy sentida. El marco de Las Ventas también tuvo que ver. En Teruel cuajé un toro muy parecido como a mí me gusta, en Toledo… Por suerte ha habido más de una y de dos.
L: Mañana sábado se encontrará en el patio de cuadrillas con un buen amigo suyo como es Daniel Luque. ¿Añade esa circunstancia un matiz especial a la tarde para usted?
AL: Por supuesto. Torear ya de sí me motiva, porque es lo que más me gusta, pero si luego además tienes la fortuna de hacerlo junto a un torero al que admiras y aprecias como es Daniel Luque, miel sobre hojuelas. Mis comienzos estuvieron muy ligados a Daniel. Pasé mucho tiempo en su casa, donde me acogió con mucho cariño y compartimos muchos tentaderos juntos. Todo eso marca de manera especial. Sin embargo eso no quita para que en la plaza haya rivalidad y cada uno intente estar mejor que los toreros con los que comparte cartel. Sea quien sea.
L: Mañana sabremos quién moja la oreja a quién. Suerte para todos.