Ayer, como tantas y tantas tardes, nos desplazamos a una plaza de toros para cubrir debidamente el festejo allí anunciado. En este caso era la de Villarrubia de los Ojos.
El cartel anunciaba una corrida de rejones de gran nivel, aunque lo cierto es que a Villarrubia nos hemos desplazado gustosamente muchos otros años para cubrir festejos de todo tipo, no solo de relumbrón.
Sin embargo ayer el Delegado Gubernativo de la corrida, cuyo nombre desconocemos, y no sabemos si habría sido su obligación darlo a requerimiento, por su cuenta y riesgo, decidió que la práctica totalidad de los medios de comunicación debidamente acreditados previamente por la Delegación de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha en Ciudad Real no ocuparían el burladero destinado a Prensa en el callejón, sino una localidad de tendido. Tan solo se concedieron tres pases de callejón para Prensa.
Alarmados por el desarreglo innecesario que se iba a causar, privando de realizar su trabajo debidamente a varios medios de sobrada solvencia y trayectoria, nos dirigimos al citado Delegado para indicarle, con toda educación, que el burladero de Prensa tenía una capacidad claramente superior a tres puestos, siendo nuestro comentario desoído por el Delegado. Desconocemos en base a qué motivo.
Honestamente, nos cuesta trabajo entender la motivación de tal decisión porque, haber sitio, lo había. Ahí están las fotografías que lo atestiguan. Lo que lamentablemente no hubo fue predisposición para implementar una medida absolutamente razonada y razonable.
Y, para no alargarnos excesivamente, terminamos con una pregunta: ¿no estaban las autoridades para evitar conflictos en lugar de para crearlos innecesariamente?