Diego Ventura es, en este momento, el indiscutible número uno del toreo a caballo. Lo dicen sus triunfos, absolutamente incontestables, y su mentalidad de líder. Se sabe portador del cetro del rejoneo, con lo que ello conlleva de satisfacción personal y profesional, pero también sin olvidar la responsabilidad que tal posición supone. Por esa responsabilidad, y un espíritu inconformista, el rejoneador hispano-luso se encuentra en una lucha consigo mismo por superar las cotas ya logradas, y con una parte del entramado taurino, el cual no otorga a Ventura el sitio que se ha ganado año tras año en el ruedo. Ahí está, sin ir más lejos, el rabo que este año cortó en Las Ventas, donde tal efeméride no ocurría desde hacía 46 años. Para charlar de todo ello hablamos con Diego Ventura, quien se encuentra en el Puerto de Santa María procedente, el día anterior, de Huesca. Es un no parar para el número uno del rejoneo actual, quien hará el paseíllo en Ciudad Real en el primer festejo de feria, este viernes.
LANZA: Dado el momento del año en el que nos encontramos, toreando a diario, es obligado preguntarle cómo se encuentra y por lo que llevamos de temporada.
DIEGO VENTURA: Estoy bien. Todo fenómeno. Está siendo una temporada sensacional, con triunfos muy importantes y teniendo actuaciones de las que llenan. La preparación en el invierno es muy dura, precisamente para que cuando lleguen estos días de torear a diario, el cuerpo sea capaz de asimilarlo y no acusar el cansancio más de lo debido. Sería peor estar en casa sin torear.
L: Sin duda lo sería. Pero a Diego Ventura eso hace muchos años que no le ocurre.
DV: Por fortuna no, aunque siempre sería mejorable. De todos es sabido que hay plazas, sobre todo del norte, en las que todavía no he debutado y estoy desando hacerlo.
L: ¿Hay riesgo a la equivocación si afirmamos que el momento cumbre de su temporada fue el rabo cortado en Madrid?
DV: No cabe duda que aquella tarde fue soñada. Un rabo no se corta fácilmente en Las Ventas. Pero, por suerte, ha habido otras actuaciones muy importantes, como por ejemplo la encerrona en Espartinas o la tarde de Santander, y muchas otras en las que he podido disfrutar mucho.
L: ¿Y en qué momento llega Diego Ventura a Ciudad Real?
DV: Pues en el mejor momento de mi carrera, con la mejor cuadra que he tenido nunca, con unas ganas tremendas y la ilusión a tope.
L: Además, Ciudad Real es un coso en el que usted ya ha triunfado con fuerza, por ejemplo en 2010 y 2013, cortando tres orejas cada tarde.
DV: Es cierto. El público de Ciudad Real me ha valorado siempre mucho, y yo también me he entregado al máximo con ellos. Voy allí con un cariño especial.
L: Con todos los respetos para el resto de rejoneadores del escalafón actual, personalmente, tenemos la sensación de que Diego Ventura se encuentra un poco solo en la cumbre.
DV: Me siento algo solo sobre todo a la hora de abordar algunas cosas, como por ejemplo defender que los rejoneadores que toman la alternativa maten solo corridas de toros, como hacemos Pablo Hermoso, Andy Cartagena y yo mismo, en intentar darle seriedad y categoría al rejoneo, en dotar a las corridas de una variedad de encastes que saque de la monotonía en la que se había caído con Murube, en darle dinamismo a la confección de carteles, que no siempre sean en terna…
L: Ha citado algo que considero esencial, como es el darle variedad a los encastes a los que se enfrentan los toreros, tanto a pie como a caballo. ¿Qué busca Diego Ventura en las ganaderías que se salen de lo habitual en rejoneo como es la procedencia Murube?
DV: Pido lo mismo que se pide en el toreo a pie; que haya variedad, que se abra el abanico de ganaderías a lidiar. Incluso creo que es interesante que los toros ofrezcan dificultades y que un torero demuestre que es capaz de solventarlas; eso marca diferencias y crea en el público una apreciación especial, porque no es lo mismo triunfar con un toro menos complicado que con uno que te pida el carnet. Pero eso no lo puedo conseguir yo solo. Necesito que tanto compañeros como empresarios me ayuden a llevar a cabo este cambio de mentalidad y de planteamiento.
“Pido lo mismo que se pide en el toreo a pie; que haya variedad, que se abra el abanico de ganaderías a lidiar. Incluso creo que es interesante que los toros ofrezcan dificultades y que un torero demuestre que es capaz de solventarlas.”
L: En el binomio que conforman el rejoneador y el caballo, ¿qué porcentaje adjudicaría a cada uno de ellos en la ejecución del toreo a caballo?
DV: Yo diría que un cincuenta por ciento a cada uno. Es fundamental que el caballo esté bien domado. Y también es fundamental que el que lo monta se sienta torero y, como tal, dé espectáculo. No debemos olvidar que el público paga una entrada y hay que impedir que se aburra. Sobre todo hay que arriesgar y transmitir esa emoción que es necesaria para interesar a los espectadores que acuden a la plaza.
L: ¿Qué marca a diferencia en la ejecución de las suertes entre una figura máxima como es el caso de Diego Ventura y, de nuevo con todos los respetos, el resto de rejoneadores?
DV: Hay rejoneadores muy buenos en el escalafón actual, pero realmente, lo que marca la diferencia es la reunión en las suertes, lo cerca que pasen los pitones del caballo, sin tropezarlo, el temple al llevar al toro en los galopes de costado, la despaciosidad en toda tu ejecutoria… Y honestamente creo que con todo el trabajo y la doma que llevo detrás, estoy en un momento en el que consigo conjugar todo lo que te he dicho antes con bastante frecuencia, en parte también porque cada tarde soy capaz de arriesgar y tirar la moneda al aire.
L: Es algo, por tanto, muy parecido a lo que marca las diferencias en el toreo a pie.
DV: Totalmente. Es lo mismo. Se tiene que torear despacio, dar tiempos, enganchar al toro en un momento y sitio determinado y soltarlo lo más tarde y templado posible. El toreo a caballo se asemeja mucho al toreo a pie… los terrenos, las distancias… Por eso creo que es conveniente que los rejoneadores también toreen a pie para conocer el secreto de muchos factores que también hay que tener en cuenta cuando estás toreando montado a caballo.
L: Esto me da pie a la siguiente pregunta, porque según hemos leído en alguna otra entrevista, usted ha declarado que su trabajo es torear a caballo, pero su pasión es hacerlo a pie.
DV: Sí, me encanta torear a pie. De hecho cuando tiento muchas veces primero paso a la becerra o al toro de muleta. Es algo que siempre me ha gustado mucho, porque veía a rejoneadores antiguos que también toreaban a pie, como Álvaro Domecq, como Ángel Peralta, y bueno, el caso del gran Juan Belmonte como máxima expresión, quien primero fue grandiosa figura, y luego también rejoneó, incluso en público. Además de todo lo anterior, torear a pie es recomendable, por ejemplo, para cuando tienes que echar pie a tierra para descabellar, con el fin de andar en torero y hacer las cosas como hay que hacerlas.
L: ¿Sería acertado afirmar que Hermoso de Mendoza supuso un punto de inflexión sobresaliente en cuanto a evolución técnica y consideración del arte del toreo a caballo, y usted, habiendo asimilado ese cambio, lo está llevando un paso más allá?
DV: Está claro que Pablo ha hecho cosas muy importantes por el rejoneo; le dio más categoría, estableció las ternas, quitó las colleras… cosas que han sido fundamentales para el rejoneo. Pero ahora hay que seguir evolucionando, dando pasos hacia adelante. Ni a pie ni a caballo podemos estancarnos. Tenemos que tener el oído en los espectadores y saber lo que el público quiere en cada momento, y para ello hay que seguir cambiando cosas. Y lo que la gente quiere es rivalidad, que haya emoción en el ruedo. Hay que huir de la monotonía, por eso las figuras tienen que hacer gestas que marquen las diferencias y atraigan al aficionado. Las figuras lo son porque, precisamente, son capaces de hacer esas cosas que se salen de lo normal.
“Pablo ha hecho cosas muy importantes por el rejoneo; le dio más categoría, estableció las ternas, quitó las colleras… cosas que han sido fundamentales para el rejoneo. Pero ahora hay que seguir evolucionando, dando pasos hacia adelante. Ni a pie ni a caballo podemos estancarnos.”
L: Para finalizar, suponemos que, aunque aún tiene muchos compromisos antes, la anunciada encerrona en Madrid para la Feria de Otoño la tendrá entre ceja y ceja.
DV: Desde luego. Quiero que esa tarde sea muy especial, porque ya lo es de por sí. Ningún rejoneador se ha encerrado en Las Ventas con seis toros, y yo voy a ser el primero que lo haga. Con la responsabilidad que supone hacerlo después de haber cortado un rabo este mismo año. Pero antes de Madrid tengo muchas citas. Y Ciudad Real es una de las que me ilusionan de verdad.
L: Pues allí nos vemos. Este viernes 17, a partir de las siete y media de la tarde.