Emilio de Justo pasa por ser uno de los toreros revelación de las últimas dos temporadas. Y ello a pesar de no tratarse de un torero de reciente alternativa, ya que ésta se produjo en 2007. Sin embargo, Emilio es un torero que ha ido haciéndose a fuego lento, poco a poco, con años en los que apenas llegó a torear de luces, pero que sirvieron para engrandecer y afianzar su personal concepto taurino, basado en el aplomo de plantas, la cadencia y el gusto sin afectación.
El año pasado Emilio protagonizó una magnífica tarde de toros en Daimiel, plaza en la que repetirá paseíllo este lunes después de la sensación que supuso su actuación de 2018, sobre la que el torero extremeño afirma: “Fue una de las mejores tardes que tuve el año pasado. Cuando me preguntan sobre la temporada 2018, siempre cito la tarde de Daimiel, porque fue especialmente intensa. Tenía mucha responsabilidad porque entré sustituyendo a una figura del toreo como es Sebastián Castella, y mis apoderados eran los empresarios de la plaza, por lo que algunos podrían pensar que era algo así como enchufismo. Por suerte creo que logré ahuyentar esa idea, y tanto Juan José Padilla, como yo, como Carlos Aranda, dimos una gran tarde de toros.”
A fe que fue buena. Magnífica, en nuestra opinión, por la gran dimensión mostrada por un torero poco conocido por estos lares como es Emilio de Justo quien, empero, puso sobre la arena un toreo al alcance de los elegidos, simple y llanamente. Y este año tendremos la oportunidad de volverlo a gozar. “La temporada 2019 –comenta el torero– está siendo bonita pero dura. En cuanto me han tropezado los toros me han dejado en el dique seco varias semanas. Primero fue en Vistalegre, donde en una voltereta un toro me rompió el escafoides, y después, en Cáceres, me rompí la clavícula en una mano a mano con el maestro Juan Mora. No obstante, al margen de estas contrariedades, estoy disfrutando porque estoy entrando en buenos carteles y, aunque me gustaría torear más, las cosas se están haciendo sin prisa pero sin pausa. Estamos evitando torear por torear, porque eso ni yo ni mis apoderados creemos que sea bueno. A veces es mejor quedarte en casa entrenando que torear en unas condiciones con las que no te encuentres a gusto.”
Efectivamente, Emilio de Justo no se ha prodigado en exceso por nuestra provincia, y la del lunes será su única tarde en nuestra provincia. Toreó en San Pablo de los Montes en 2006, y en Illescas más recientemente en 2017, siendo ambas plazas de Toledo. Nada más, a excepción del año pasado en Daimiel. Se trata, por tanto, de un torero prácticamente inédito en nuestra área de influencia. “Es cierto –confirma De Justo-, no he toreado apenas en Castilla-La Mancha. En mis año de menos paseíllos mi comunidad de Extremadura y Francia han sido mis principales valedores. Pero mi mayor ilusión es torear, y sé que Castilla-La Mancha en general, y la provincia de Ciudad Real en particular, tienen una gran tradición taurina, tanto en festejos como en ganaderías.”
Respecto al festejo del próximo lunes en Daimiel, el torero extremeño confiesa “Tengo mucha ilusión por volver a Daimiel, la plaza en la que el año pasado viví momentos muy intensos porque pude plasmar parte del toreo que quiero hacer y que siento dentro. Además, haré el paseíllo al lado de un maestro que se va, Manuel Jesús “El Cid”, a quien tanto admiro y con quien he compartido bastantes tardes este año, empezando por la de Vistalegre que he citado anteriormente. Y también al lado del novillero local, Carlos Aranda, que el año pasado estuvo sensacional de verdad frente a un buen novillo de Guadalmena. Creo que si los toros y los novillos embisten, los tres toreros que haremos el paseíllo tenemos la capacidad artística de hacer disfrutar a los que acudan a los tendidos. Estoy seguro de que por nosotros no va a quedar.”