Cada temporada que comienza trae consigo nuevas ilusiones, bien en forma de ganadería que te despierta el interés, o toreros en los que depositas esperanzas de renovación. En este sentido 2019 no es excepción, y hay varios indicios que nos muestran que un nuevo camino puede que se esté abriendo.
Un nuevo camino que, en algunos casos, no hace sino volver a lo clásico, que es lo que nunca pasará de moda. Ahí está el caso del gran Diego Urdiales, un torero al que en Lanza llevamos siguiendo la pista de cerca desde hace años, habiendo protagonizado varios reportajes de campo, en su caso acompañando a Antonio Sánchez Puerto, otro grande con quien comparte filosofía taurina.
Pero quien hoy ocupa estas letras taurinas en Lanza es otro torero: Juan Ortega; un jiennense que el año pasado corroboró con una muy entonada actuación el 15 de agosto en Madrid el runrún que había generado anteriormente. La ocasión se brindó frente a una encastada corrida de Valdefresno, ante la que Ortega (hijo del ganadero Jacinto Ortega) puso sobre el tapete unas formas toreras elegantes sin afectación que sorprendieron a más de uno.
Este domingo Ortega tendrá la ocasión de ratificar lo apuntado el pasado mes de agosto. Será en el mismo ruedo, aunque esta vez con una corrida de El Torero, y acompañando en el paseíllo a Pablo Aguado y David Galván, dos de los toreros sobre los que, junto a Juan Ortega, están depositadas no pocas esperanzas de renovación del escalafón de matadores de toros por la vía del clasicismo, estando ya un poco hartos de tanto alarde de avasallamiento hacia los toros por parte de toreros tan poderosos como, en muchos casos, insulsos. Porque aquí se trata de torear, no de avasallar, ¿verdad?
Hace escasas fechas tuvimos la ocasión de disfrutar del toreo de Juan Ortega en una de las ganaderías de Ciudad Real. Fue concretamente en la de Javier Gallego y sus hijos Enrique y Macarena, en ese maravilloso paraje que es el Valle de Alcudia. Allí, acompañado por su padre y por el matador de toros Pepe Luis Vargas, Juan se enfrentó a dos becerras (una de encaste Veragua y otra de Las Ramblas) y confirmó nuestra intuición de encontrarnos ante un torero de enorme calidad. Juzguen por las fotografías que acompañan este texto. Ahora “solo” falta ratificarlo en el mejor –y más duro- escenario del mundo: el de Las Ventas de Madrid. La cita, este domingo. A partir de las seis de la tarde.