En casi todas las localidades con actividad taurina social -léase peñas taurinas- siempre hay una cabeza visible, o varias. En el caso de Daimiel, afortunadamente, su número se cuenta en plural.
Uno de ellos -sin duda de los más destacados- es Paco Córdoba, integrante de la Peña Taurina Daimieleña, locutor de radio local, y aficionado de larga trayectoria que sabe lo que dice. Si lo tienen a bien, compruébelo leyendo su muy interesante “Palabra de Aficionado”.
Primer recuerdo taurino
Allá por los años 60 siendo un niño, mi padre regentaba una típica taberna de la época en la calle Arenas, a escasos metros de la plaza de toros, que en día de festejo -salvando las distancias- era algo así como la calle Alcalá por San Isidro. Por ella pasaba la mayoría de los aficionados camino de la plaza y muchos de estos aficionados paraban en la taberna a repostar la bota. Este trajín de personas, unido al paso del tiro de mulillas engalanadas para la ocasión, el paso de la banda de música tocando el típico pasodoble, junto al constante paso del Citroen 2cv de Juanito Barcas, adornado con cabeza de toro, banderillas, y los carteles del festejo, con su megafonía anunciando a toda leche el festejo con ese impactante inicio de toros en Daimiel, Terror, Horror y Furor, hicieron que despertara en mi inocencia infantil una curiosidad que me hacía ir hasta las puertas de la plaza para ver qué sucedía allí; algo que no llegaba a entender, pero sospechaba que debería ser algo mágico, especial emocionante.
Primer recuerdo taurino
Lo recuerdo como si fuera ayer. Es de esas cosas que se quedan grabadas para siempre. Fue, como no podía ser de otra manera, en la plaza de toros de Daimiel, cuando de la mano de mi abuelo, en una imagen clásica de la época, hoy en día prácticamente desaparecida – que buen banderín de enganche para la Tauromaquia fueron nuestros abuelos, padres y familiares – me lleva por primera vez a presenciar una corrida de toros, conociendo el interés que demostraba por la Fiesta. Ese día no me cambiaba por nadie; se cumplía mi sueño. Feria de 1967, toros de D. Arturo Pérez para Joaquín Bernadó, Manuel García Palmeño, y Gabriel de la Haba Zurito – conservo como oro en paño el cartel gracias a la generosidad de mi buen amigo Manuel – Bernadó y Palmeño no estuvieron muy allá concluí, ya que se llevaron cuatro sonoras broncas, mientras que Zurito armó un lío gordo cortando cuatro orejas y dos rabos. A partir de ese día me entró el bendito veneno por la Tauromaquia.
Primer gran impacto emocional taurino
Pues fue esa primera tarde al entrar a la plaza de toros por primera vez, y ver esos tendidos tan coloridos llenos de aficionados, ese bullicio, el trajín de la gente acomodándose en sus localidades, y sobre todo cuando saltó el primer toro al ruedo, con esa majestad, desafiando a todo y a todos. Fue emocionante y difícil de olvidar.
¿ Cualquier tiempo pasado fue mejor ?
Yo creo que no. Todas las épocas del toreo han tenido su interés, en las que hubo grandiosos toreros para todos los gustos y paladares, si bien es verdad que se echa en falta más competencia, más rivalidad, apostar más. Las figuras de otras épocas no hacían regates a las corridas con vitola de duras, toreaban de todos los encastes, estaban menos acomodados, tenían mas compromiso, los carteles eran mas abiertos y variados. En estos tiempos es verdad que se torea más bonito que nunca, pero interesa menos que en cualquier otra época. La Tauromaquia ha cedido mucho terreno en los últimos años.
Comentario sobre el estado de la afición a los toros
Los aficionados taurinos tenemos muchos motivos para su defensa, pero debemos ser más beligerantes y despertar de la modorra de una puñetera vez. O defendemos nosotros la Tauromaquia o no la defiende nadie. Callar es perder. Hay que reivindicarla y enseñarla sin complejos. No es tiempo de comodidades. Los aficionados debemos ser más exigentes para que se nos tenga en cuenta, como ocurre en Francia, que nos está marcando el camino a seguir, que tampoco es muy difícil. Tan sencillo como que quien paga manda. Aquí, en España, los aficionados tenemos arreones de media bravura, somos muchos, pero falta unión, y cuando hay unión se cosecha. Otro asunto pendiente es el relevo generacional. No lo veo. Hay que acercar la cultura taurina a los mas jóvenes, aprenderán una serie de valores que son esenciales en la vida, como el compañerismo, la entrega, el esfuerzo, la solidaridad, el respeto a nuestros mayores, a nuestras tradiciones, a quienes piensan diferente. Hace falta un órgano único, como existe en el deporte, mas visibilidad en los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones no salimos ni en la hoja parroquial, lo que no aparece en los medios de comunicación y en las redes no existe, aunque ocurra, y cuando salimos solo es en caso de que haya morbo y tragedia. La unión de todos los sectores es fundamental, y veo que nadie coge el toro por los cuernos y así nos va, por lo que sarna con gusto no pica.
¿ En qué pueden llevar razón quienes critican la Tauromaquia?
Una cosa es criticar algo qué no entiendas o compartas, por ignorancia o mala fe, y otra muy distinta es esta santa inquisición animal, bien comidos y mejor subvencionados, en la que su ideología consiste en poner en el mismo plano animales y hombres, con el simplismo de toros igual a tortura y otras estulticias. Todos estos sectarios dictadores de la moral y del pensamiento único, deberían saber que es precisamente el mundo de la Tauromaquia quien mas defiende al toro, ya que es quien más lo ha protegido y conservado. Son maestros en manejar obscenidades ideológicas que solo viven de la bulla y la pancarta, que persiguen objetivos inconfesables mucho mas ambiciosos.
Aspectos a mejorar en el entramado taurino
Lo primero mejorar la comodidad de las plazas. Esta es una asignatura pendiente. Pagamos una entrada cara para sentarte en un trozo de cemento o piedra. Los aficionados somos héroes. Hacen falta carteles más imaginativos y abiertos, menos previsibles, aparte del sota, caballo y rey. En la confección de los carteles se debería jugar con todas las cartas, las administraciones deben aparcar su voracidad recaudatoria y sacar pliegos más lógicos, a favor del espectáculo y su promoción. Deben torear los que en mejor momento estén con independencia de su nombre. Otro aspecto mejorable de la Fiesta es la moda de ser ganaderos, apoderados y empresarios. Esto va contra la lógica del espectáculo. Nos ofrecen lo que es bueno para su negocio y malo para la afición. La promoción de las novilladas, tan necesarias y tan escasas, son la base del toreo y están dejadas de la mano de Dios. Está claro que las novilladas son imprescindibles, son la cantera, es el futuro de la Tauromaquia y todos los sectores deben implicarse en su promoción. Este es un grave asunto y no podemos ponernos de perfil. Hay que abrir el campo a los aficionados y los jóvenes, es un buen banderín de enganche de cara al futuro.
¿Primero toro o torero ?
La Tauromaquia se sustenta en tres pilares básicos; sin duda primero el toro, es el gran protagonista de la Tauromaquia, curiosamente el único que no habla en esto y siempre tiene la ultima palabra. Esta es la fiesta del toro bravo. Si lo defendemos nunca desaparecerá. Es el núcleo central de la Fiesta. Si nos alejamos del toro esto sería otro espectáculo. El segundo pilar básico son los toreros, obligados a apostar más, competir más; basta ya de ventajas y mediocridades. Algunos parecen que están toreando festivales vestidos de luces, y virgencita que me quede como estoy. ¡Nada de comodidades y rutina! Los aficionados estamos hartos de que nos den tanto gato por liebre, asistiendo a un espectáculo la mayoría de las tardes previsible, los toreros que se instalen en la rutina tienen que pasar al banquillo, y entrar en los carteles los que, con independencia de su nombre, estén en mejor momento, y tengan más ambición e interés.
Mi ganadería
Mas que mi ganadería yo preferiría decir mi encaste, y sin lugar a dudas me inclino por Santa Coloma en todas sus variedades. Es un tipo de toro distinto, en lo bueno y en lo malo, capaz de enterrarte o subir a la gloria, para una cosa o la otra tienes que tener los papeles al día. No son del tipo de toros a los que se les cortan las orejas haciéndoles regates, por eso la mayoría de las figuras actuales los tienen borrados de sus listas de preferencias.
¿ Quién es –o ha sido – el ultimo gran crack taurino?
Para gustos los colores, pero yo creo que José Tomas. Se ha convertido en torero de culto, en un gigante del arte. Él es, es en mi modesta opinión, el último crack taurino. Su toreo en estado puro, su alto voltaje emocional, su inmensa clase, la torería, su valor seco y sincero que asusta al público y al toro, y tantas cosas más, así como su tirón taquillero, hacen que sea un torero al que hay que echarle de comer aparte. Aunque le pongo un pero; no me gusta de José Tomas la comodidad de sus ultimas temporadas, que se limitaron a una sola actuación, como ocurrió en 2017, 2018, o la del 2019, sin ninguna exigencia, ni competencia ni rivalidad, con unos toros súper escogidos de lo mas granado del campo bravo; otro tanto ocurre con la plaza elegida y compañeros del cartel. Estos caprichos no me gustan en un torero de su categoría. Debería competir más.
Cartel ideal de plaza, toros y toreros
Monumental de Las Ventas, con toros de La Quinta para José Tomas, Alejandro Talavante, y Roca Rey.
Recomendación de un libro de temática taurina
Recomendaré dos: “Historia de una tertulia”, de Díaz Cañabate, y “Sonajero: Pensares y pesares de un toro”, de Felipe Garrigues.