Un dudoso indulto como colofón

Plaza de toros de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real). Corrida mixta. Más de media plaza.

Se lidiaron dos toros de Fermín Bohórquez para rejones (primero y cuarto), reglamentariamente despuntados, y cuatro de Núñez del Cuvillo para lidia a pie. Manejables los de Bohórquez. Bronco y rajado el segundo. Manejable por el izquierdo el tercero. Buenos quinto y sexto. El último, número 98, de nombre Lanudo, fue indultado.

El rejoneador Andrés Romero: pinchazo y rejón caído (ovación con saludos); tres pinchazos, rejón entero y descabello (dos orejas).
José Garrido (de catafalco y oro): tres pinchazos y estocada entera desprendida (silencio); pinchazo y entera desprendida (dos orejas).
Álvaro Lorenzo (de azul purísima y oro): pinchazo y entera caída (dos orejas); dos orejas y rabo simbólicos.

Miguel Ángel Sánchez actuó como sobresaliente de matador. Los tres toreros salieron a hombros después de esperar más de media hora a que el toro indultado volviera a chiqueros.

En la cómoda plaza de toros cubierta de Villarrubia de los Ojos abrió festejo una vibrante actuación del rejoneador Andrés Romero, destacando sobre Guajira y Chamán, la cual quedó eclipsada por el fallo al entrar a matar, acertando al segundo intento.

El cuarto, brindado a la alcaldesa de Villarrubia, Encarnación Medina -que también recibió el brindis del sexto- persiguió las monturas con emoción hasta que, llegado el turno de clavar cortas, el de Bohórquez se acabó. Antes, Andrés Romero recibió al toro con el marsellés, llevó cosido a la grupa al acarnerado ejemplar, clavó al quiebro con Farrugia y, de nuevo, falló con el rejón de muerte, clavando al tercer intento. Aún así, el acierto a la primera con el descabello le granjeó las dos orejas.

En la lidia a pie, José Garrido se topó con un segundo algo abierto de pitones y de temperamento huidizo, además de bronco por soltar la cara. El extremeño le puso ganas e hizo como que toreaba cuando tal extremo fue imposible. Además, pinchó.

Lo más notable de la tarde llegó en el toreo a la verónica de José Garrido en el quinto, tanto en el recibo como en un quite posterior; toreo abigarrado yéndose detrás de la embestida. La faena de muleta resultó correcta, con una tanda al natural que destacó por alargar el viaje de su encastado antagonista, al que desorejó.

Bien empujó en el peto el tercero, pero fue de lo poco reseñable, porque en la muleta el de Cuvillo arrolló por el derecho y medio se dejó por el izquierdo, con un Álvaro Lorenzo correcto aunque algo mecánico, a pesar de pasear dos orejas.

La brega al que cerró plaza en el tercio de banderillas fue realmente laboriosa para Raúl Ruiz, quien le tuvo que dar unos cuantos porque el de Cuvillo hacía hilo. Sin embargo el toro fue a más, embistiendo con categoría por el pitón izquierdo, y con Álvaro Lorenzo pasándolo con corrección algo fría. El ambiente se fue caldeando hasta conseguir el indulto del toro colorado, obviando que se quisiera rajar con descaro, escapándose hacia tablas en la fase final del trasteo.

No importó esa intención de huida. El toro tardó media hora en volver a chiqueros, pero regresará a la finca gaditana de El Grullo. Otra cosa es si lo echarán a las vacas. Que lo dudamos.