Plaza de toros de Ciudad Real. Segundo festejo de feria. Media entrada.
Se lidiaron seis toros de Victorino Martín, que hacía su debut en Ciudad Real. Bien presentados. Magnífico el tercero, bueno el segundo, de nombre Jaqueto, número 34, premiado con la vuelta al ruedo. Manejables en mayor o menor medida el resto. Pesos: 442, 477, 474, 542, 468, 448.
Paco Ureña (de rosa y oro): Buena estocada entera arriba y descabello (oreja). Pinchazo y estocada entera arriba (oreja).
Daniel Luque (de grana y oro): Pinchazo y estocada entera algo trasera y desprendida (dos orejas). Feo bajonazo y entera arriba (oreja).
Fernando Tendero (de azul marino y oro): Tres pinchazos (vuelta tras aviso). Pinchazo y media. (Ovación con saludos).
Se escuchó un minuto de silencio en memoria de Reina Rincón y de Iván Fandiño. La familia de Reina Rincón recibió una placa en recuerdo del quince aniversario de su trágico fallecimiento. Saludaron tras banderillear Jorge Fuentes y Miguel Ángel Ramírez en el tercero, y Juan Contreras en el quinto. Ureña y Luque salieron a hombros.
Brillante debut de Victorino Martín en Ciudad Real, con una corrida limpia de pitones y en hechuras de embestir. Y embistió. Vaya si lo hizo, sobre todo el tercero. Y réplica magnífica le dio un torero que apenas torea, y que responde al nombre de Fernando Tendero, ciudarreleño para más señas, de Villarta de San Juan. Destacó al natural, alargando la embestida del de Victorino hasta el final. Trasteo meritorio, pues a su falta de oficio -era su segunda corrida del año-, se añadía el plus de debutar con los de Victorino, más que dignamente. De hecho, de no haber pinchazo tres veces, con seguridad las dos orejas habrían ido a sus manos. O el rabo. Pero pinchó, lamentablemente, y el premio quedó en vuelta al ruedo.
Gran toro el de Victorino, que mejor respondía cuanto más le bajaban la mano y le sometían. Habría sido de ensueño haber logrado ralentizar la embestida arrastrando la muleta. Aún así, grande Tendero. Fernando. A no pocos este toro le habría desbordado y dejado al descubierto.
Igualmente digno anduvo en el sexto, de menor clase, al que robó algunos pasajes de entidad, aunque sin tomar la altura que su primera faena.
Paco Ureña dio una muestra más de toreo puro, sin alharacas. No apretó a su primero, justo de raza, dándoselos de uno en uno por el derecho, que fue el pitón más potable, aunque también se puso por el izquierdo. Pero lo más relevante de su actuación llegó en el cuarto, un toro serio pero estrecho de sienes que humilló sin rebosarse. Hubo mano baja, cite frontal y, de nuevo, verdad con esa personal estética de torero roto.
Daniel Luque anda sobrado, también frente a Victorinos. Su primero, premiado exageradamente con la vuelta al ruedo -fue mejor el tercero- derribó en el primer envite con el picador, y renunció a ir una segunda vez. Hubo derechazos con desmayo y aplomo, además de una gran conexión con los tendidos. Su segundo, brindado a la familia de Reina Rincón, se dejó sin más. Iba, pero salía con la cara a media altura distraído desluciendo el conjunto. Sin embargo esta condición no fue impedimento para que el de Gerena le pusiera lo que le faltaba a su oponente. Mandó callar la música, escuchándose solo a él para regocijo de los tendidos, que de ese modo se sintieron más partícipes. No firmó su obra como merecía, pues recetó un muy feo bajonazo antes de dejar una entera.
Al término del festejo, como era de prever, se anunció que el sustituto de Manzanares hoy domingo, como triunfador del festejo del sábado, sería Daniel Luque. Y aunque hubo algunos pitos y nos hubiera encantado que el elegido fuera otro -Tendero, por ejemplo- la decisión no dejaba de ser más que razonable.