BM NAVA 27 |
VESTAS BM ALARCOS 24 |
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Lamariano, Casado (12, 6p), Bruno (2), Alberto García, Andrés Alonso, Llopis y Brankovic (1)- siete inicial- Ernesto Sánchez (ps, 1), Isma Juárez (3), Villagrán (3), Darío Ajo, Tello (1), Kisselev, Alonso Moreno (1) y Vidal (2). | Fran Revuelta, Beret (4), Manu Díaz-Mata (5, 1p), Molina (1), Jota, Cande (2) y Brian Negrete (1)- siete inicial- De la Cruz, Poveda (2), Lumbreras (1), Maestre (1), Róber (2), Victoriano Alises (2) y Portero (3). |
ÁRBITROS Excluyeron dos minutos a los jugadores del BM Nava Brankovic, Vidal, Casado, Andrés Alonso; y a los del BM Alarcos Jota, César Beret (dos veces), Poveda (dos veces), Portero. |
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PARCIALES CADA 5 MINUTOS 4-2, 6-3, 7-6, 10-7, 11-8, 14-11, descanso,18-13, 19-15, 22-16, 23-18, 24-22, 27-24 y final. |
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INCIDENCIAS Primera semifinal del play off de ascenso a ASOBAL disputado en el pabellón Pedro Delgado de Segovia. Cerca de 2.000 espectadores, unos 200 de Ciudad Real. |
El Alarcos se quedó muy cerca de la final. Hizo el partido que tenía que hacer: aguantó cerca de su rival hasta los minutos finales. Entonces el equipo de Javi Márquez tenía que haber dado el golpe definitivo, adelantar por la derecha a un Nava que fue siempre por delante pero que vio cómo le temblaban las piernas al final con esos tipos que no bajaban los brazos. Pero entonces faltó un poco de precisión, un poco más de colaboración de los colegiados… Esa pizca que separa victorias de derrotas cuando la igualdad es así de grande. Un pase de Róber de espaldas uno abajo para empatar, un penalti fallado de Manu, no pararle ninguno de un enorme Casado… Pequeños detalles que cortaron el sueño de un Alarcos que acaba la temporada con la cabeza bien alta. Los ciudadrealeños han dado un paso al frente y siguen creciendo. En Segovia estuvieron muy cerca, pero no pudo ser. Sin embargo, el camino queda marcado, esa es la senda, la vereda que conduce a ASOBAL. Hay que recorrerla cuantas veces haga falta hasta que conduzca al final.
El Alarcos resistió en la primera parte. A pesar de la calidad de Casado, cuyo comienzo fue explosivo, a pesar de los centímetros de su primera línea, de los kilos en el pivote, de la buena actuación de Lamariano, de que los colegiados no echaron nunca una mano, el Alarcos resistió. Apoyado en su defensa, casi siempre por debajo, supo apretar los dientes cuando había que hacerlo, tener paciencia en ataque aunque no siempre salían bien las cosas, ni mucho menos.
El Alarcos resistió, aunque siempre por abajo, siempre al límite de una distancia excesiva, que llegó a ser de cuatro goles en los peores momentos, que se quedó en tres al final del primer acto, en el que el Alarcos estaba por debajo, pero siempre echándole el aliento a un Nava que no acababa de despegarse.
El comienzo de la segunda parte no fue el mejor para el Alarcos. Pero aun así, resistió, se agarró como pudo al parquet del Pedro Delgado, siguió creyendo aunque no era fácil. Casado seguía a lo suyo, que es demostrar que esta categoría se le queda pequeña. Vidal se pegaba con todos, despertó Isma Juárez desde el extremo. Y el Alarcos defendía, haciendo sudar cada gol, anotando como una hormiguita. Estuvo cinco abajo, pero cuando el Nava se daba la vuelta, allí estaba, siguiendo sus pasos, resonando entre el clamor de la afición local y la fe de la visitante. A veces César Beret, a veces Manu, a veces Portero, el caso es que el Alarcos no se dejaba ir.
Así que cuando se entró en el último cuarto, el que de verdad decide, los de Javi Márquez apretaron. El Nava empezó a pensar que a lo mejor no ganaba y as fallar lanzamientos. O a pararlos De la Cruz, que había entrado por Fran Revuelta.
El Alarcos se puso a uno y robó para empatar. Róber buscó a Maestre de espaldas, pero no lo encontró y acertaron los segovianos. El Nava se recompuso, mantuvo el tipo y no le dio opciones al Alarcos en los dos minutos que restaban.
La afición ciudadrealeña despidió a los suyos como merecían, a lo grande. El Alarcos está muy cerca. Hay que dar un paso más, mantener la línea en defensa y mejorar un poco en ataque. El premio está ahí, al alcance, aunque ahora sea muy complicado sonreír, porque podría haber sido en Segovia.