La Consejería de Educación permitió el pasado curso que 51 centros educativos de Castilla-La Mancha adelantaran las pruebas extraordinarias de septiembre a junio y actualmente se han acogido más centros a esta medida, otros 15, siendo 64 los centros que lo llevarán a cabo en este curso 2018-2019, ya que dos centros se han dado de baja.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), desde la implantación de este programa de pilotaje, ha venido denunciando que es la consejería de Educación y no los centros educativos la que debe organizar el final de curso en estos centros, con el objetivo de que no vuelva a ocurrir lo sucedido el pasado curso escolar: alumnos que desde junio no fueron al instituto, alumnos que iban un rato y que luego se ausentaban, profesores a los que se les cambió el horario o se les obligó o sugirió a que plantearan actividades no siempre relacionadas con la materia que imparten.
Además, no funcionó el programa informático que sirve para poner las faltas de asistencia de los alumnos que tenían aprobadas todas las materias, con lo que el profesorado se sentía indefenso por la responsabilidad que ello podía acarrear.
También se ha visto la necesidad de convocar bolsas extraordinarias para cubrir algunas asignaturas. De las 22 que plantea la Consejería 9 ya fueron solicitadas por CSIF en el mes de abril de este año y como caso significativo está la especialidad de Matemáticas, de la cual ha habido oposición este año, y en la que se quedaron plazas sin cubrir, y CSIF denunció que este hecho obedecía a un sistema de oposición con pruebas eliminatorias.
CSIF considera que las razones esgrimidas por la consejería de Educación no son suficientes para generalizar el traslado de los exámenes extraordinarios al mes de junio, y el sindicato considera que manteniendo las pruebas en el mes de septiembre los alumnos tienen más posibilidades de aprobar.