VIÑA ALBAI FS VALDEPEÑAS
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UD LEVANTE 5 |
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Mendiola, Mimi, Nacho Pedraza, Dani Santos y Zamo – cinco inicial- Víctor López (ps), Kike, Carlos Muñoz, Juanan, Thiago, Terry y José Ruiz. | Raúl Jiménez, Pedro Toro, Maxi Rescia, Javi Rodríguez y Jorge Santos- cinco inicial- Alfonso Prieto (ps), Cecilio, Carlos Márquez, Javi Alonso, José Revert, Sena e Ibarra. |
ÁRBITROS García Hernández y Múnez Carpintero. Mostraron cartulinas amarillas a los jugadores del FS Valdepeñas Dani Santos. |
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GOLES 0-1 (12’) José Revert; 0-2 (16’) Javi Alonso; 0-3 (23’) Javi Alonso; 0-4 (24’) Cecilio; 0-5 (29’) Cecilio; 1-5 (33’) Kike; 2-3 (33’) Dani Santos. |
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INCIDENCIAS Primer partido de liga de Primera División. Unos 2.000 espectadores en el Quijote Arena. |
Estrenaba pista el Valdepeñas, estrenaba grada la Marea Azulona. Lo hacían con toda la ilusión, pero las cosas no salieron como hubiesen querido. La culpa fue del Levante. Más bien de la Primera División, que quiso despertar al Valdepeñas de su sueño, ya en la primera jornada. Mejor. Cuanto antes se asimile que el camino está lleno de cuestas, plagado de curvas, con bandoleros escondidos, dispuestos a robarte hasta los calzoncillos si te dejas, mejor.
Si el partido de hace menos de dos semanas entre estos mismos contendientes estuvo marcado por los errores de los vinateros, el guión apenas varió en el debut en Primera. Con los puntos ya en juego y todas las alertas encendidas, las orejas de punta y los relojes sincronizados, el Valdepeñas empezó bien en ese aspecto, pero según iban pasando los minutos, se sucedieron los errores en la salida del balón. Los valencianos, causantes de tales errores, no perdonaron y se marcharon al descanso con dos tantos de renta.
Causas
Las causas de los errores de los de Leo Herrera son, como casi siempre, varias. Para empezar hay que tener en cuenta el deseo. Sí, el deseo de agradar, de irse hacia delante, de marcar y celebrar con todos esos “locos” llegados desde Valdepeñas para animar al equipo, para empezar a escribir el capítulo más brillante de la historia del club. Para seguir, hay que apuntarse en el cuaderno de campo la adaptación, ese mecanismo de supervivencia, de evolución. Debe haber diferencia entre Primera y Segunda. Las categorías están para algo. No siempre es perceptible, pero cuando el Levante olía la posibilidad del error, se lanzaba a por los valdepeñeros sin piedad, sin dudas, sin miedos. Y está, claro, el nerviosismo. Se pone uno nervioso si estrena peinado nuevo, cómo para no estarlo si se estrena Primera División.
El caso es que tras varios amagos, una pérdida de Kike propició el primer tanto, de José Revert, allá por el minuto siete. Y en el 16 se repitió la historia. El que no falló esta vez fue Javi Alonso.
¿Pudo haberse escrito otra historia en esta primera parte? Claro, eso son las ocasiones erradas, caminos no tomados, que quién sabe dónde conducen. Pero tampoco en esto el Valdepeñas salió ganando. Ciertamente, Juanan deslumbró con un par de jugadas en las que su regate le permitió buscar un tirador bien posicionado. Pero no entró, la primera porque Terry estrelló, aún con el 0-0, el cuero en el larguero. En la segunda, Raúl Jiménez cortó el pase de la muerte.
Pero en honor a la verdad, Maxi Rescia tuvo dos tan claras o más. Y Cecilio probó de lejos como antes lo había hecho Terry.
Sigue la tónica
Anidaba en el corazón de la hinchada la esperanza de que cambiara la dinámica en la segunda parte, pero lejos de variar, se acentuó la dinámica. Javi Alonso repitió la jugada maldita y apenas un minuto después, Cecilio presumió de calidad para hacer el 0-4. Ni cinco minutos habían pasado y el equipo de Leo Herrera ya había recibido dos duros golpes más.
Contra las cuerdas, Leo Herrera tiró de portero-jugador. Si había que morir, que fuera con las botas puestas. Y eso pasó. Cecilio robó un balón y anotó a puerta vacía el 0-5. El partido estaba prácticamente decidido y el castigo estaba siendo excesivo. El sueño de Primera no era precisamente plácido.
Pero no todo fueron malas noticias. Porque el Valdepeñas marcó. Lo hizo Kike. Y entonces el Quijote Arena, aun sabiendo que de poco iba a servir, clamó, vio cómo el pelo se ponía de gallina y presagió momentos mágicos. Su vaticinio se cumplió un minuto después, con el segundo de los azules, muy parecido al primero, pero con Dani Santos como goleador. El marcador de decibelios se disparó. La Marea Azulona dejó claro que de su fe no hay quien pueda dudar. El Levante tiró de veteranía y fueron cayendo jugadores al suelo que necesitaban pronta atención médica, tratando de calmar el ambiente, que, sin embargo, cada vez era más asfixiante.
Las toneladas de ilusión puestas en la pista y en la grada no rindieron fruto. Por ahora, porque están abonando el terreno y en próximas jornadas podrán verse los resultados.