La Fundación Savia, una entidad que vela por la preservación del medio rural en toda su dimensión, ha pedido al Ejecutivo de Emiliano García-Page políticas y “gestos” contra la despoblación, como que celebre el próximo Consejo de Gobierno “en un lugar de la comunidad amenazado por el descenso demográfico, el cambio climático, el envejecimiento y la disminución de la renta media”.
En una carta dirigida al presidente castellano-manchego, los dirigentes de esta entidad le trasladan “la necesidad de cambiar de estrategia política para dar valor a un medio rural totalmente amenazado”.
Antonio Aguilera, secretario de la entidad, explica que la misiva enviada a finales de julio al primer mandatario castellano-manchego, junto a otras que en la misma línea han hecho llegar a dirigentes de Andalucía y Extremadura, refleja “la gran preocupación” de los responsables de la fundación ante las desigualdades que sufren los enclaves no urbanos. “Supone el mayor reto al que nos enfrentamos en la actualidad en Castilla La Mancha y en la Península Ibérica”, sostienen.
Para empezar, la Fundación pide “un gesto” que se traduzca en el compromiso de las autoridades castellano-manchegas a celebrar la próxima reunión del máximo órgano del Gobierno autonómico en algún núcleo “alejado de los centros administrativos” como la Sierra Norte de Guadalajara, el sureste de Albacete, la Comarca de Los Montes, la Serranía de Cuenca, el Valle de Alcudia, la Sierra de Alcaraz, o el Campo de Montiel, “territorios amenazados por la pérdida de servicios básicos como la educación y la sanidad”.
A su juicio, es necesario “un cambio de estrategia” en las políticas castellano-manchegas, ante una realidad palmaria como son “las desigualdades cada vez más pronunciadas entre personas y territorios”, que “no han conseguido frenar” las “fuertes” inversiones inyectadas en estos núcleos a través de los Programas de Desarrollo Rural (PDR).
Además, el Gobierno regional está implementando inversiones territoriales integradas en Castilla-La Mancha (ITI), con el objetivo de fomentar nuevas actividades en una docena de comarcas especialmente deprimidas, por problemas de despoblamiento y declive socioeconómico.
“Se han construido infraestructuras que son insuficientes”, aseguran, y solicitan acciones de impacto que activen “una solidaridad efectiva y equilibrada”, para así frenar “una sangría” que cada vez más hace más débil al entorno rural.
“Es hora de ser valientes y hablar de discriminación positiva en estos entornos”, arguyen en la carta, en la que instan a “incorporar medidas fiscales e incentivos” para alcanzar la “paridad competitiva de los emprendedores rurales y administrativos”.
Cortafuegos para el Valle de Alcudia
La Fundación Savia también pide en otra carta dirigida al consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, la realización de cortafuegos en espacios naturales de la región y de alto valor ecológico como es el caso del Valle de Alcudia, ante los “efectos devastadores” de los incendios en los entornos rurales.
Un fuego en este paraje, con dehesas y pastizales, subrayan, “causaría un daño tremendo con horribles consecuencias para el medio, los propietarios, los pastos, los ganaderos, los apicultores, la economía, poniendo en riesgo, incluso, la propia seguridad de las personas”.
De esta manera, consideran necesario la dotación para este y otros territorios similares en Castilla La Mancha “de un plan de actuaciones preventivas, mediante desbroce, manejo de setos, limpieza de cunetas, retirada de madera muerta, y cortafuegos…”.
El secretario de la entidad, que se ha encargado del proceso participativo en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, recuerda que el fuego “hay que combatirlo antes que aparezca con acciones preventivas”, y en el caso del Valle de Alcudia, “donde siempre hace mucho viento, no se observan desbroces ni otras medidas, como si hay en el entorno de Sierra Madrona”.
La seca
Otra de las grandes preocupaciones de la Fundación Savia es la seca de los Quercus, una enfermedad que está afectando negativamente a la dehesa de la Península Ibérica (Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla León, y los territorios portugueses), y que representa la principal amenaza de “este valioso ecosistema”.
La Fundación ha utilizado el mismo método de denuncia y llamada de atención a las administraciones, y ha enviado otra carta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para que encabece una iniciativa, en la que los gobiernos español y portugués coordinen un estudio y la paliación de esta afección.
Se trataría de englobar todas las líneas de investigación sobre la seca de la encina que se están desarrollando en las comunidades de Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Castilla León, los territorios portugueses del Algarve, Alentejo y Lisboa, y las universidades, empresas y centros de investigación públicos y privados que están trabajando en la seca.
“Es un problema único y común de la Península Ibérica”, subrayan y, por ello, “deebe existir un órgano que capitanee el objetivo de unificar líneas de investigación, optimizar recursos, fomentar la colaboración entre investigadores, administraciones públicas, universidades y afectados es fundamental”.
“Si actuamos rápido en este ecosistema, morirá”, asegura Aguilera.