En su conjunto, la del periodo navideño es una secuencia que se repite indefectiblemente cada vuelta completa del calendario, y que transforma profundamente la vida cotidiana y laboral de grandes y pequeños. Las luces, los regalos, la música y alegría -y también a veces los excesos culinarios-, conforman la hoja de ruta del último mes del año, y los primerísimos días del siguiente. Pero todo el espacio festivo y civil, se ve enmarcado por dos acontecimientos religiosos: el nacimiento de Jesús, y la Adoración de los Magos. Entre ellos, uno exclusivamente social: la salida y entrada del año, la Nochevieja y el Año Nuevo.
Un simple cambio de hoja en el calendario, pero que tan profunda repercusión tiene en nuestras vidas desde todos los aspectos imaginables. Porque el ser humano se mueve por ‘años naturales’, en el transcurso de los cuales todo se sucede, la vida y la muerte, la felicidad y el desamparo, la salud y la enfermedad… Familias que crecen, y familias que menguan inexorablemente. Y luego están los deseos, cuyo propósito siempre es ambicioso para el año que nace, aunque resulte casi irreconocible y distante ya en el año que muere…
TIEMPO DE ADVIENTO…
Las celebraciones (al fin y al cabo, el periodo navideño es en su conjunto una gran celebración) marcan la vida cotidiana. Primero con la llegada del Adviento, muy especialmente celebrado en la Europa central y del norte (cuyos calendarios de Adviento se han popularizado mucho últimamente entre los más pequeños). Adviento es el periodo que señala el comienzo del año litúrgico cristiano, y que comprende las cuatro semanas anteriores a la Navidad. Comienza el domingo más próximo al día de San Andrés, que celebramos el 30 de noviembre. Podríamos decir que el Adviento es con respecto a la Navidad, similar a la Cuaresma con respecto a la Semana Santa, el paso o preparación previa. Aunque el desenlace final sea diametralmente opuesto.
El adventus Redemptoris, ‘Advenimiento’ o “Venida del Redentor” es nada menos que el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Cuyo origen parece proceder de la Alemania protestante del siglo XIX, cuando los niños encendían una vela cada día, desde el primer domingo de Adviento hasta la Navidad, solemnidad que litúrgicamente se denomina Natividad, y que celebra el nacimiento de Jesús.
Y he aquí las cuatro grandes figuras bíblicas del Adviento: Isaías, el profeta por excelencia del Adviento, uno de los cuatro profetas mayores del Antiguo Testamento (9:6), y, ya en el Nuevo Testamento, María de Nazaret, su esposo José, y Juan el Bautista.
… Y DE GASTRONOMÍA
Cierto es que la llamada “gastronomía de Navidad” está enmarcada por algunos parámetros. En primer lugar, la etapa del año, decembrina y fría, y por tanto con necesidad de un mayor aporte calórico; en segundo lugar, la disponibilidad de la recién practicada matanza del cerdo (que suele comenzar por San Martín de Tours, el 11 de noviembre, cuando comienza el frío necesario para el secado de los productos porcinos). Consecuentemente, por ahora es cuando se pone en la despensa la ingente cantidad de derivados del cochino animal…
Pero recurramos al Quijote cuando hablamos de puercos y de San Martín: “Ya tengo noticias dese libro –dijo don Quijote-; y en verdad y en mi conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos por impertinente: pero su San Martín se le llegará como a cada puerco…” (Quijote, II, 62). Este día de San Martín es, en teoría, la fecha en que puede dar comienzo la matanza del puerco. Una fecha tan carismática para la muerte del cerdo, como lo es la de San Andrés (30 de noviembre) para el nacimiento del vino (“Por San Andrés, el mosto, vino es”).
Y reparemos aquí en otro detalle, relativo al trabajo de salar puercos que, al parecer ejercía de maravilla la gentil Dulcinea, el amor platónico de don Quijote. Así pues, en la Primera Parte del Quijote, Dulcinea permanece en el plano de lo ideal, aunque también encontramos algunas leves incursiones en el territorio de lo realista: la primera visión a ras de tierra, corresponde al momento en que el traductor nos transmite una de las notas marginales del manuscrito de Cide Hamete, al afirmar que Dulcinea tuvo “la mejor mano para salar puercos de toda la Mancha” (Quijote, I, 9).
El tercero de los parámetros en los que se enmarca la Navidad, es el de las festividades laborales (consecuencia de las religiosas) como contrapunto ideal para el regocijo del cuerpo… Y añadiríamos una cuarta razón de este cierto desenfreno alimentario navideño: el reencuentro familiar con los miembros que han tenido que alejarse… Y, por fin, una quinta razón, la natural y más noble condición socializadora del ser humano, tan amante de congregarse en grupo. De ahí las fiestas y cenas de Navidad (de empresa o de afines). En cualquier caso –independientemente del eminente y fundamental sentido religioso de las fechas- el ser humano necesita de vez en cuando algunas válvulas de escape. El periodo navideño, con todos los aspectos que contempla, es una de esas importantes válvulas.
BLANCA NAVIDAD
En Navidad disfrutamos de los días más mágicos y especiales del año. Pero también es la época en la que más (y mejor) comemos. En una mesa donde el pavo (y en algunas zonas españolas el capón) es el rey, el postre es la reina. Por eso, siempre debemos dejar un hueco en el estómago para los dulces típicos navideños. Hablamos de turrones, polvorones, mazapanes, mantecados, arrope de calabaza y mostillo, roscón de reyes… pero también de recetas importadas como las galletas de jengibre. (extendidas por todo el mundo gracias a los alemanes hermanos Grimm, los de los cuentos). La Navidad es la época del año en la que más disfrutamos de la comida en las reuniones con familiares y amigos.
El turrón es el postre más tradicional de la Navidad en España, y en nuestro acervo gastronómico existen muy variadas recetas y presentaciones, si bien uno de los dulces navideños más arraigados en nuestra tradición culinaria son los polvorones. Su origen está en Andalucía, en la zona de Estepa donde abundan los cerdos ibéricos de los que se obtiene la manteca, uno de sus ingredientes principales.
Las Navidades en su más coloquial denominación, son fechas señaladas para grandes atracones de comida. Pero la Navidad es también el momento obligado de pensar en los que sufren, en los que padecen soledad, en los que carecen de amor… Llegan reuniones con amigos, el trabajo, familia… y a la mesa nos permitimos un poco más de lo que habitualmente solemos hacerlo. En estas fechas el consumo suele incrementarse y la cesta de la compra incrementa también su precio ya sea por la subida de productos típicos de estas fechas, o por la naturaleza de algunos de los productos que, de manera excepcional, introducimos en nuestra factura. Nos damos algún capricho, comprando algo de mejor calidad que de ordinario.
En cuanto a vino, queso y jamón, palabras mayores en Castilla-La Mancha, en estos días con celebraciones especiales, no nos duelen prendas en rascarnos un poco más el bolsillo, decantándonos por alguna referencia superior y con mejor predicamento, aunque esto implique algún dígito de más en la línea de caja… Pues, como es sabido, Castilla La Mancha es una de las comunidades autónomas con más amplia y variada gama de productos agroalimentarios. Gracias a su considerable y diversa extensión geográfica, y al hecho de que gran parte del sector económico se centra en el sector primario, donde podemos encontrar una amplia gama de productos de primerísima calidad.
Una realidad que cada año se pone de manifiesto en los Premios Gran Selección de Castilla La Mancha, donde se valoran los mejores productos de la región de entre todas estas categorías: Vino, Queso Manchego, Aceite de Oliva Virgen Extra, Miel, Azafrán de La Mancha, Jamón Serrano, Berenjena de Almagro, Melón de La Mancha, Ajo Morado de Las Pedroñeras, Cordero Manchego, Pan de Cruz de Ciudad Real y los productos elaborados de Carne de Caza… ¿Hay quien dé más?
VINO Y CORDERO MANCHEGO
Naturalmente, todos estos productos tienen un claro reflejo en nuestras mesas de Navidad. Y uno de los productos estrella durante las navidades es el cordero manchego, que recorre media geografía para ser uno de los platos principales de nuestras mesas. Excelente nuestro cordero manchego (al horno, frito, o en inefable caldereta) elaborada con aceite de oliva virgen extra, ajo morado de Las Pedroñeras, y con su pizca de azafrán de La Mancha…
Un plato para chuparse auténticamente los dedos, y que se puede acompañar de entrantes de tan alta alcurnia como el queso manchego y el jamón serrano, berenjenas y encurtidos de aperitivo, y debidamente alborozado todo ello con vinos tintos, blancos y espumosos premiados, de la veintena de denominaciones de origen (incluidos los Vinos de Pago) que han sentado cátedra en Castilla-La Mancha.
SUS PLATOS MÁS TÍPICOS
La gastronomía de Castilla la Mancha se basa en un pilar fundamental: platos tradicionales pero muy arraigados en sus bellos pueblos. Se mantienen recetas de cocina austera y sencilla, como se hacían antaño, y se elaboran platos humildes y de origen pastoril, pero con algunas influencias de la cocina andaluza, debido a su cercanía geográfica.
Como ejemplo de plato humilde y sencillo, no tenemos mejor candidato que las gachas de matanza, un plato elaborado a partir de harina de almortas (leguminosa también llamada chícharo, guija, pito o muela, lathyrus sativus), y derivados del cerdo. Por supuesto sin olvidar las migas, una receta para no desperdiciar nada del pan del día anterior.
Nuestra gastronomía también se caracteriza por contar con platos tradicionales bien contundentes. Recordemos que, las recetas más arraigadas son platos elaborados por gentes austeras, y trabajadores del campo. En estos platos debía encontrarse la energía necesaria para aguantar todo el día labrando, pastoreando, cultivando…
Pero uno de los principales ingredientes de la gastronomía manchega es el ajo morado, que se utiliza en multitud de platos y recetas. Otras recetas tradicionales lo son a base de verduras, como el pisto manchego, pipirrana y asadillo de la Mancha. Muy común por esta zona son las Berenjenas de Almagro, producto con denominación de origen.
En cuanto a la carne, es muy común la carne de caza, como la perdiz, codorniz, conejo y algo de liebre, los cuales cuentan con multitud de recetas típicas de la zona como las codornices en escabeche o el conejo al ajillo o a lo ‘tojunto’. También es muy común encontrar platos con carne de oveja o de cabra, y en menor medida, de vaca. Los más típicos podríamos decir que son las carcamusas toledanas o los zarajos conquenses. El queso manchego también cuenta son su propia Denominación de Origen, elaborado con leche de oveja manchega, de fuerte sabor, y muy apreciado incluso fuera de nuestras fronteras.
En cuanto al pescado, los más comunes en recetas tradicionales son la trucha (en franco retroceso en la región por culpa de las aguas) y el bacalao en salazón. La primera, por ser un pez autóctono de la zona, y el bacalao en salazón por su perfecta conservación gracias a la sal, lo que permitía transportarlo hasta las comunidades de interior, y que dio lugar a platos como el tiznao, el atascaburras, o el potaje de Cuaresma.
DULCES Y BEBIDAS
En cuanto a los dulces, sin duda los más populares son los Miguelitos de la Roda, una delicia con base de hojaldre y crema pastelera. También tenemos las Delicias de Almansa o la leche frita. Pero cómo no hablar del mazapán de Toledo, uno de los dulces más representativos de Castilla-La Mancha, y el más típico de la Navidad, aunque en nuestra Comunidad se ha desestacionalizado (como ocurre con los helados, que se consumen todo el año), y se come incluso fuera de su natural estación invernal y navideña.
Esta tierra también cuenta con reconocidos vinos, producidos en una enorme zona vinícola. Con plantaciones de hasta 600.000 hectáreas de viñedos es conocida como “La Bodega de Europa”. Un vino cuyo origen llega hasta la época romana. Y desde luego con vino se elaboran ciertas bebidas populares y típicas de la zona, como la zurra, cuerva, limonada, que no pueden faltar en cualquier fiesta manchega. En todos los casos lleva en su composición vino, con la adición de azúcar, canela, naranja y melocotón.
PRODUCTOS DE NAVIDAD
Pero esto no es todo, sin duda hay una amplia gama de productos agroalimentarios como toda la carne de caza (ciervo, jabalí) que da un valor añadido a Castilla-La Mancha. Aunque, si recalamos en los postres y dulces, se multiplican las ofertas elaboradas artesanalmente en cientos de hornos de la región. Incluidos los ancestrales obradores de nuestros conventos religiosos: Mazapanes de Toledo, Miguelitos de La Roda, Tortas de Alcázar, mantecados, perrunas, cordiales, alfonsinos… y otras muchas elaboraciones que permiten a los más golosos disfrutar del arte del comer.
Conventos y monasterios se esfuerzan los días navideños por ofrecer los mejores dulces y platos de postre que llevarán el sabor de la Navidad a nuestros hogares, y de aquellos que visiten Castilla-La Mancha (rosquillas fritas, bartolillos…), y son días muy apropiados para el chocolate con churros, los pequeños o ‘madrileños’, y los grandes o ‘porras’ y tejeringos.
Sin que podamos olvidar los exquisitos vinos de licor, que también para los postres perviven en Castilla-La Mancha (mistela, moscatel), y como vinos tranquilos o espumosos semisecos, semidulces, dulces y hasta brandis, que también en este apartado tiene usía Castilla-La Mancha.
Es el mazapán un producto artesano hecho con almendras peladas y azúcar, hasta formar una fina pasta sometida a posterior horneado. Ocupa el mazapán el lugar de honor entre las especialidades culinarias toledanas, o al menos entre los postres. Hoy no se conciben celebraciones navideñas sin su dulce presencia en la mesa, en cualquiera de las tres formas más usuales de presentación. Figuritas, empanadillas o anguilas, aunque se trata de un producto que puede consumirse en cualquier fecha, como ocurre con el turrón, el pavo o el vino espumoso.
Siempre es un placer de dioses y hoy en día parece fuera de toda sospecha su origen árabe. Al igual que otros dulces marcadamente energéticos, el mazapán permitiría desquitarse de las austeridades alimenticias que impone el duro Ramadán. Aunque tampoco es de olvidar que las determinadas propiedades afrodisíacas que se le atribuyen, podrían ser un excelente revulsivo como auténtico “animador” y también para “mantener en forma” a los enamorados de los que la literatura oriental está tan repleta.
Y llegamos al Roscón de Reyes. Aunque la noche de Reyes, propicia la ocasión de degustar muchos tipos de dulces, la estrella de esta fiesta navideña es, sin lugar a dudas, el Roscón de Reyes, una receta centenaria y singular que sólo se disfruta una vez al año.
Pero no todo van a ser productos cárnicos o pescados. También en estos días de Navidad tenemos disponibles en nuestros mercados una abundante serie de frutas y verduras. Ésta es la relación completa de la temporada, según recomienda consumir Greenpeace.
FRUTAS EN TEMPORADA ÓPTIMA
aguacate
caqui
chirimoya
guayaba
kiwi
limón
mandarina
membrillo
naranja
papaya
pitahaya
plátano
pomelo
Entrando o saliendo de temporada
granada
lima
mango
manzana
uva
VERDURAS EN TEMPORADA ÓPTIMA
acelga
ajo seco
ajo tierno
alcachofa
apio
batata
borraja
brócoli
calabaza
cardo
cebolla seca
cebolla
chirivía
col lisa
col rábano
coles de bruselas
coliflor
escarola
espinaca
hinojo
kale
lechuga
lombarda
nabo
patata
perejil
puerro
rábano
remolacha
zanahoria
‘PESAJE’ OBLIGADO
Las Navidades pueden ser un terreno peligroso para la salud, y desde luego suelen serlo para el peso. Pero la culpa de que engordemos no solo se atribuye a las fiestas. Ya hemos dicho que en invierno tenemos una necesidad natural de almacenar más calorías. En los meses fríos tendemos a comer más, para obtener más energía… Es un instinto atávico que nos lleva a prevenir el hambre cuando, se supone, la comida podría escasear. Por otro lado, nos alimentamos de forma diferente cuando hace calor que cuando bajan las temperaturas y, además, tendemos a movernos menos. También lo hemos dicho, con la llegada de las Navidades, la costumbre manda reunirse con la familia, con amigos, hacer cenas de empresa… y abusar del “un día es un día”. De ahí que, según datos que manejan los expertos en salud y belleza, sea habitual engordar de media entre uno y dos kilos a lo largo de estos días.
Naturalmente, tras la incorporación de tantas exquisiteces (dulces, saladas, con alcohol o sin él) a nuestro ‘body’, seguramente éste nos lo va a ‘agradecer’ ofreciéndonos algunos michelines extras ‘totalmente gratis’. Los que saben de esto nos lo advierten sin asomo de templanza: “Los españoles engordarán entre uno y dos kilos durante las Navidades”. Pues pasado el dulce momento de la ingestión de delicatessen, tendremos que cuidar de desandar lo andado. Ya que el aumento de peso puede conllevar problemas de salud añadidos, sobre todo en personas de riesgo, con enfermedades, tensión y colesterol altos.
Dicen esos expertos, que los ataques cardíacos y los accidentes cardiovasculares se dan en mayor medida en diciembre (hasta un 10 % más que en otros meses del año). A causa de la subida de la presión arterial, por el estrés, alcohol, desavenencias familiares, más sodio, azúcares y grasas de los necesarios… Y, desde luego, por comer demasiado: el exceso puede cuadruplicar la posibilidad de tener un problema circulatorio. Después de una comida con grasas dañinas, suelen elevarse los triglicéridos, que están directamente relacionados con los ataques cardíacos. Por otra parte, beber mucho alcohol puede producir arritmias, y aumentar el riesgo de caídas o accidentes.
Por el contrario, adelgazar a posteriori, como bien sabemos, resulta harto difícil. Podemos en cambio luchar por mantener el mismo peso, en vez de ganarlo fácilmente para luego tratar infructuosamente de perderlo… Sería suficiente con usar de una cierta determinación, durante las tres semanas que dura este periodo de “alto riesgo”. De lo contrario, es posible que las pequeñas ganancias de peso navideñas se queden con nosotros, y se vayan acumulando. Son bien conocidos los consejos de los nutricionistas para estas fechas. Lo que no es tan tan fácil es su aplicación a rajatabla. He aquí un decálogo útil, aunque de doce puntos, a tener en cuenta para estos días:
- Hacer más ejercicio
- No saltarse comidas
- Seguir los horarios de siempre
- Dormir lo suficiente
- Seguir con nuestro plan de alimentación
- No es necesario probarlo todo
- Comer despacio
- Si aportamos algo a la mesa, que sea saludable
- La bebida también importa
- Cuidado con los postres
- No acumular sobras
- Tener una motivación más allá del peso
MÁS DON QUIJOTE
Son los consejos de “Nutritienda.com”, la compañía de comercio electrónico de Salud y Belleza líder en España y Portugal desde 2007. Noelia Suárez, directora de comunicación de Nutritienda.com, nos recuerda que “Estas fiestas son para disfrutar de la familia y los amigos y que, después de lo que hemos pasado desde 2020, lo importante es alegrarse de poder estar juntos un año más, reírse y compartir ricos alimentos… sin perder de vista que debemos cuidar nuestra salud para vivir más y mejor”.
¿Algo que objetar? Pues eso, disfrutemos de la Navidad. Pero controlando el bolsillo -no sólo por la inflación actual, sino por lo que está por venir- y vigilando nuestra salud, tan enemiga de los excesos que suelen producirse en estos días. ¿Para 2023? Pues que los Reyes Magos nos sorprendan agradablemente con algún regalito. Pero, sobre todo, que nos dejen como estamos, que ya sabemos que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
Al respecto, recordamos también aquí y ahora dos de los ‘consejos segundos’ que dio Don Quijote a Sancho: “Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”, y éste otro de “Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumple palabra” Ambos los tenemos en la Segunda Parte del libro (Quijote, II, 43).
Un último consejo. Igual que es necesario contar hasta 10 antes de enfadarse, las comidas familiares conviene hacerlas lentamente. Transcurren unos 20 minutos desde la comida, hasta que el cerebro detecta que el estómago está lleno y no es preciso comer más. Si comemos despacio y saboreando bien la comida, la disfrutaremos más, pero seguramente se nos irá el deseo de acabar con un segundo plato, y con un exquisito pero engorroso postre.
REGALOS DE NAVIDAD
Según algunos estadísticas publicadas (en particular nos estamos refiriendo a Aladinia.com), estamos a pocos días de que lleguen las fiestas navideñas, un momento en el que muchas personas hacen de Papá Noël y de Reyes Magos, y aprovechan para obsequiar a sus seres queridos el 25 de diciembre y el 6 de enero. Son unas celebraciones mágicas para toda la familia que suelen prepararse con semanas de antelación, buscando ofertas, comparando precios y, a veces, comprando a última hora.
Este año, con la inflación, parece que compraremos y gastaremos algo menos que el año pasado, y es que, según una encuesta realizada por la web número uno de España en regalos-experiencias, www.aladinia.com entre sus usuarios, cada español gastará una media de 180 euros en regalos de Navidad. Compraremos cuatro regalos, dos menos que el año pasado y nuestra pareja e hijos serán en los que más gastemos. Ropa, complementos y calzado volverán a ser los regalos estrellas de este año, y los españoles ofreceremos una media de cuatro regalos. En los extremos, un 37% solo tienen pensado hacer entre uno y tres regalos, mientras que un 12% pretenden hacer diez o más.
El presupuesto que los españoles destinarán a regalos de Navidad es de 180 euros de media, y tan sólo un 27% de los encuestados gastará más que en 2021. En general serán 60 euros menos que el año pasado, y únicamente un 13% tiene pensado gastar más de 400 euros. La causa principal del descenso en el gasto es la inflación, que ha hecho que la mayoría tenga menos dinero para destinar a los regalos, además del aumento de precios de muchos de ellos. Si bien es cierto que solemos tener un presupuesto fijo para regalos, seis de cada diez españoles reconocen que acaban gastándose más de lo inicialmente previsto.
Nuestra pareja, y los más pequeños de la casa, son en los que gastaremos más dinero, seguidos de nuestros padres, nietos, hermanos, primos y amigos. Los suegros -aunque parezca chiste-, son los destinatarios de la menor inversión en regalos… También parece que los españoles se decantan cada vez más por regalar ocio y experiencias originales… para un 32% de ellos será en lo que más dinero se gaste, por detrás, eso sí, de los clásicos de todas las Navidades, y es que un 35% en lo que más gastará es en ropa, calzado y complementos. A la moda y el ocio les siguen los regalos tecnológicos, los juguetes, perfumes y libros.
DE PRONÓSTICO RESERVADO
En cuanto a los regalos que recibimos, al 55% de las personas les gusta lo que les regalan y seis de cada diez no devuelven ningún regalo. Los amigos, los suegros, la pareja y los padres suelen ser los que menos aciertan con sus presentes, ya que son los que más se devuelven. Por el contrario, los regalos de los hijos y nietos suelen hacer más ilusión, y son los que menos se cambian.
Por último, el equipo de Aladinia.com ha podido comprobar que un 85% de los encuestados, preferirían que les regalaran un bono con dinero para gastar en sus propios deseos, en lugar de los regalos de siempre. Y resulta que un 33% aprovecharían ese dinero para hacer una escapada para dos a un hotel, o un alojamiento rural.
No falta quienes preferirían (29%) relajarse en un balneario con masaje o una sesión de spa; mientras que a un 13% les gustaría gastarse su bono en hacer algún tipo de actividad de aventura como puenting, rafting o motos de nieve. También hay (11%) quienes se atreverían a ser pilotos por un día o volar en globo, y a un escaso 9% les apetecería algún tipo de experiencia gastronómica.
Para finalizar. Algunas personas han querido aprovechar para sus regalos, las importadas ofertas del Black Friday. Otras personas prefieren menos regalos, y ya preparan exóticos viajes a lejanos países. O a los preciosos mercados navideños de centroeuropa. Pero esa será otra historia que quizá contemos algún día (así como los precios de nuestros restaurantes en las comidas navideñas). Ahora es Navidad. Vivámosla según los cánones previstos, dejando los experimentos para casa y con gaseosa, como afirma la famosa frase.
