El pasado mes de julio el catedrático del Área de Sanidad Animal de la Universidad de Castilla-La Mancha, Christian Gortázar, acompañado por el colaborador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos de Castilla-La Mancha (IREC), Julio Isla, realizaron un muestreo en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) y en un colector situado en la zona del Hospital General Universitario (HGUCR) para saber si en las aguas residuales de Ciudad Real existen niveles de presencia ARN del SARS-CoV-2 (coronavirus). Ya se han obtenido los resultados de este trabajo de campo arrojando un resultado negativo.
En este sentido Gortázar explica a Lanza que las muestras realizadas en las aguas residuales de Ciudad Real “han dado negativo en Covid-19”, aunque indica que “vamos a volver a realizar algún análisis más cambiando los protocolos, pues en las muestras tomadas tanto en la Estación Depuradora de Aguas Residuales como en el colector que hay junto al Hospital, utilizamos los protocolos que tiene publicado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y siguiendo ese protocolo los resultados han dado negativo en Covid-19. Por este motivo, ahora vamos a realizar otro análisis siguiendo las pistas de otros profesionales”.
Este trabajo de campo, pionero en Castilla-La Mancha, sigue la línea de otros desarrollados en grandes ciudades españolas. En concreto, en el sistema empleado tanto en la Estación Depuradora de Aguas Residuales como en el colector del alcantarillado de Ciudad Real, “se utilizaron recipientes que contienen líquido inactivante, el cual se mezcla posteriormente con el agua recogida”, aclara Gortázar.
En este sentido, señala que, “lo que sucede con este sistema es que el procesado de laboratorio es más complicado, porque no consiste solamente en coger el líquido y hacer directamente la PCR, sino que hay que seguir una serie de pasos, hasta concentrarlo varios cientos de veces, porque la cantidad de virus que puede haber, de encontrarse alguna, será muy baja al estar mezclada con el agua”.
Este tipo de estudio también permite obtener una especie de indicador sobre cuál es el grado de circulación y de contaminación de la Covid-19 en la zona muestreada.
Según explica Christian Gortázar, en el caso de que en las muestras analizadas hubiese habido presencia de coronavirus, “ello no quiere decir que fuese un virus vivo, pues puede darse el caso de que exista contaminación, aunque no por ello necesariamente el virus tiene que estar activo”.
Estudio internacional
Por otra parte, y respecto al estudio internacional liderado por investigadores de la Universidad Ben-Gurion (Israel), y publicado en la revista ‘Nature Sustainability’, el cual ha concluido que las aguas residuales que contienen Covid-19 podrían ser una grave amenaza, el catedrático del Área de Sanidad Animal de la Universidad de Castilla-La Mancha, indica que “una cosa es encontrar restos del virus ARN del SARS-CoV-2 (coronavirus) en las aguas residuales y otra cosa bien distinta es que eso sea infeccioso”. A este respecto, Gortázar señala que “incluso en las personas, cuando las PCR dan ciclos altos, es decir, dan baja carga de virus, lo más normal es que esa persona ya no sea infecciosa. Y mucho menos infecciosa sería una muestra de agua que suele dar ciclos muchísimo más altos”.