El cultivo de cereales de invierno en Castilla-La Mancha ha iniciado su actividad vegetativa algo adelantada, gracias a las suaves temperaturas que se registran desde hace días, anómalas para la época del invierno.
Esta evolución forma parte de la climatología mudable respecto a los ciclos normales que, tras una nascencia (nacimiento) “homogénea”, ha provocado “el arranque (en invierno se paraliza) del crecimiento vegetativo y que la planta empiece a demandar agua y nutrientes”, ha explicado Esteban Esquinas, técnico de cultivos herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha.
Son valores “inusualmente elevados” que han hecho que el ciclo vegetativo de los cereales se haya adelantado unos 15 días “con sus correspondientes requerimientos”, y con el fin de alcanzar un “idóneo” potencial productivo.
Este objetivo se cumplirá si el cultivo recibe agua en su desarrollo hasta la recogida del grano al inicio del verano y si no se registran heladas, “uno de los grandes riesgos que suelen provocar daños”.
Esquinas ha aclarado que el desarrollo es “más lento” en las zonas del norte de la región, como Cuenca y Guadalajara, respecto al ciclo más desarrollado del sur, en las provincias de Albacete, Ciudad Real y Toledo.
Ahora es el tiempo del ‘ahijamiento’, como paso previo al entallado, y “lo más crítico se concentra en los meses marzo, abril y mayo’, cuando también de manera anómala se puedan registrar temperaturas bajo cero y, por tanto, episodios de heladas.
La siembra de la presente campaña, con casi 2,6 millones de hectáreas en Castilla-La Mancha fue aceptable, según el técnico, al haberse registrado precipitaciones en otoño y haber alcanzado una buena cobertera del terreno, que permitió el laboreo -arado y abonado- de planificación del cultivo.
Más agua
Precisamente, el agua es uno de los inputs básicos para cualquier cultivo, y por ello los cerealistas ciudarrealeños reclaman este recurso porque “ya empieza a faltar”. Así lo ha dicho Carlos del Hoyo, agricultor de Miguelturra, que asegura que “estamos pidiendo agua porque hace calor y la siembra lo necesita”.
No obstante, los herbáceos “todavía pueden aguantar”, frente a los leñosos pistachos, viña y oliva- que también produce, donde el recursos “es insuficnete”.
“Se nos pondrá muy difícil la tarea si no llueve”, ha indicado.
En la misma tónica se ha expresado Diego García-Maroto, productor daimieleño de 29 años, quien apunta a “algo de riesgo”, por estar “escasos de agua”.
El escenario de las plantas herbáceas “es bueno”, frente “a las temperaturas que no son normales” y que “están haciendo que en otros cultivos como el almendro esté ya en flor, con el riesgo grande de que haya escarcha o hielo”.
El joven agricultor, que produce aceite, cereales y almendras, espera que la crisis de precios que lastró el campo regional y nacional en 2019 se acabe, al menos para cubrir los costes de producción, tras las protestas en las que está participando en la calle porque “si los jóvenes no luchamos, no habrá futuro”.
“Tenemos que denunciar la desigualdad entre el punto origen y el de venta”, advierte, para “poder tener un mínimo de rentabilidad”.
Precios
En lo referido a los precios en el mercado de cereales, han sido positivos en los últimos dos meses, “y ahora están estable con pequeñas bajadas” en el caso del trigo y maíz, aunque en Castilla-La Mancha sea mayoritaria en cebada, un producto que tiene menos vaivenes en sus valores comerciales.
Según la encuesta de precios medios del Ministerio de Agricultura, la tonelada de maiz, a 185,58 euros había repuntado un 0,69% en la primera semana de febrero, el trigo cotizaba a su salida de almacén a 202,29 euros la tonelada, tras caer un 1,13%, y la cebada también decreció un 1,53% hasta los 182,35 euros los 1.000 kilos.
Superficie
La superficie cultivada de cereales de otoño invierno para la cosecha de 2020 “no ha tenido grandes variaciones”, en Castilla-La Mancha, con 2,6 millones de hectáreas, según el informe de Avances de superficies y producciones agrícolas de diciembre.
Ciudad Real ha contabilizado 275.600 hectáreas -ligeramente por debajo de las 276.300 del año precedente-, entre trigo, cebada, maiz, avena, centeno y sorgo.
A nivel nacional, con una 5,5 millones de hectáreas, ha registrado un ascenso del 3,9% respecto a la campaña precedente. El mayor incremento se produce en cebada seis carreras, con un 10,6% más, seguido del trigo duro, con un alza del 6,5% y la cebada dos carreras, qu ha aumentado un 5,8%.