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La temática cervantina

Los molinos de Consuegra de Gregorio Prieto

Cuando me preguntan qué es lo más típico de La Mancha siempre dudo entre las migas y el Quijote, aunque puede que La Mancha siempre vaya acompañada de su verdadero nombre: Don Quijote. Es curioso que una obra adalid de la literatura española haya sido “secuestrada” para convertirse en el mayor símbolo de la idiosincrasia manchega.

Una vez pones los pies en Castilla-La Mancha, y especialmente en la provincia de Ciudad Real, aparece un Quijote dándote la bienvenida, pasas por la calle Cervantes, te paras en el Bar Rocinante, te haces una foto con los molinos y compras un suvenir en la tienda de Dulcinea. Es cierto que puede resultar agobiante este avasallamiento cervantino, sobre todo cuando resurge esa pregunta que tantas discusiones comienza ¿se han leído los manchegos la obra del Quijote? Quizá el único punto que tengamos a favor es que vivimos en el mismo escenario.

Si queremos abordar el tema del Quijote en el Arte, va a ser fundamental que nos centremos en la obra literaria, pues el resto queda superficialmente supeditado al imaginario popular de un loco que lucha contra molinos, una mera idea romántica que resume demasiado la figura de este caballero andante. Aunque podemos encontrar una gran cantidad de obras que tratan de imaginar cómo era la imagen del retrato del ingenioso hidalgo, algunos grandes maestros de la Pintura han dedicado un buen estudio a la figura del Quijote. Sus andanzas, los personajes, los lugares que visitaba e incluso ha servido de inspiración para encontrar la presencia del Quijote en una temática manchega.

Uno de los pintores que más disfrutó con su lectura fue Alfredo Palmero de Gregorio. Aparte de los retratos de los personajes y las distintas escenas quijotescas, creó un hito en la representación del hidalgo en la Pintura con su obra el Entierro de Nuestro Señor Don Quijote (obra sita en el Museo del Quijote, Ciudad Real). Eleva al personaje ficticio a la categoría de santo, imitando el entierro de Cristo. Invitamos a todo el mundo a conocer esta obra que culmina esa subcultura quijotesca con el punto final de su vida.

Gregorio Prieto

Otro autor que dedicó su tiempo a esta insigne obra fue Gregorio Prieto. Encerrado en la cueva de Medrano, donde se quiere creer que Cervantes comenzó a escribir la novela, quiso sentir la misma inspiración. Así fue como sus cuadros crearon una temática que pasaron a influir en otros artistas posteriores ¿quién no ha visto en los molinos una referencia directa a la novela?

Podríamos hablar sobre las infinitas esculturas del caballero, sus múltiples retratos, pero hemos preferido dejar que después de una agradable lectura seáis vosotros, lectores, quienes decidáis si los cuadros reflejan bien la novela pudiendo hacer de una figura repetida hasta la saciedad un símbolo con el que de verdad sentirse representado.

 

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