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Las emisiones medias de CO2 de los coches matriculados en el primer semestre aumentaron un 2,6% en Castilla-La Mancha

Foto de archivo de la A 4 a la altura de Valdepeñas

Las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los coches nuevos vendidos en Castilla-La Mancha se situaron en 119 gramos por kilómetro recorrido en el primer semestre del año, lo que supone un crecimiento del 2,59% respecto a la media del mismo periodo del año pasado, según datos de la consultora MSI para la patronal de los concesionarios, Faconauto. De esta manera sigue empeorando este dato, después de haber experimentando aumentos en los dos últimos ejercicios.

La caída en las matriculaciones de los coches diésel de última generación que emiten menos CO2 que los de gasolina y que suponen ya sólo el 36,9% del mercado castellano-manchego, es la clave que explica este incremento, a juicio de la patronal. Las ventas de coches diésel cayeron en Castilla-La Mancha un 24% hasta junio, y las de gasolina aumentaron un 12,4%, suponiendo el 54,8% de todas las adquisiciones.

Por su parte, en lo que va de año los eléctricos han representado el 0,4% de las matriculaciones en Castilla-La Mancha, mientras que los híbridos (gasolina o diésel/motor eléctrico) un 7,2% y los híbridos a gas (GLC y GNC) un 0,51% en la región.

A pesar de que se está estrechando la diferencia, los motores diésel emiten todavía hasta 20% menos de CO2 que los equivalentes de gasolina, por lo que el descenso en sus matriculaciones, junto al repunte de los de gasolina, explica el mal dato de emisiones medias en lo que va de año.

La patronal ha indicado que la última generación de vehículos diésel puede jugar un papel importante para alcanzar los objetivos climáticos y la descarbonización del transporte en el futuro cercano. Los países de la Unión Europea han alcanzado acuerdo para reducir las emisiones de dióxido de carbono de coches y furgonetas en un 35% en 2030.

Dentro de su hoja de ruta para el periodo 2020-2025, Faconauto ha propuesto poner en marcha un Plan Nacional de Impulso a los Vehículos de Bajas Emisiones al que se destinarían 1.500 millones de euros para promover su adquisición, así como para la instalación de puntos de recarga.

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