Pepita Patiño, la cordobesa que inspiró la novela de Dulce Chacón “La voz dormida” y la obra que fue llevada a la gran pantalla por el cineasta Benito Zambrano, es la verdadera protagonista del montaje que representará el sábado 19 de enero, a las 21.30 horas, en La Sensación la compañía madrileña Eurocena.
“Pepita no es de unos ni de otros, es de los demás”. Es el fragmento de la novela original que más golpea al espectador. Un clamor que ensalza la épica de las mujeres en las situaciones adversas y la defensa máxima de la libertad, en un montaje redondo que crece a medida que discurre, hasta un final para levantarse de la butaca a romper en aplausos.
La disposición en escena, con un movimiento figurativo de espacios en diagonal generalmente, permite visibilizar imaginariamente con precisión todo el monólogo de Josefa. Sin menospreciar el rotundo final; cuando ella rompe la tela de araña en el momento en que decide vivir con su matrimonio, desmonta la máquina de coser para situar sus piezas en el suelo y construir una silueta de mujer, y realiza un cambio a vestuario actual en escena con un alentador mensaje de lucha por la libertad y la justicia en su camiseta negra. “Pasado, presente, futuro” como remate.
Estrenada en mayo pasado, este flujo del texto adaptado no sería acaudalado sin la ejecución planteada por el zaragozano Julián Fuentes Reta, uno de los mejores directores españoles en estos momentos, responsable del magnífico montaje ‘Cuando deje de llover’, premio Max en 2015.
Mención especial merece la actriz Laura Toledo. Muy difícil mantener el ritmo de su discurso con una fonética cordobesa permanente, lo cual provoca que en ocasiones pierda potencia para ser audible a la perfección, lo que a cambio la hace más tierna. Su interpretación es inolvidable y sensible, llena de vigor hasta en las lágrimas, y con un notable despliegue físico.
‘La voz dormida’ nace de mano de la escritora española Dulce Chacón. Basada en la posguerra española, un grupo de mujeres encarceladas en la madrileña prisión de Ventas, enarbola la bandera de la dignidad y el coraje como única arma posible para enfrentarse a la humillación, la tortura y la muerte. Como dice su autora, “es una historia de tiempos de silencio” y relata “el sufrimiento de aquellas mujeres que perdieron una guerra y la agonía que vivían sin conocer cuál sería su final”. La obra está documentada en historias reales, la autora suavizó alguna de ellas e introdujo nuevos matices. La novela fue premiada en la Feria del Libro de Madrid por el Gremio de Libreros de Madrid como Libro del Año 2003.