La Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha y los clubes de la 1ª Nacional de Castilla-La Mancha femenina mantuvieron una productiva reunión en la que la nota más importante a tener en cuenta fue el comienzo liguero. Si bien en un primer momento la fecha de arranque de la competición estaba prevista para el 31 de octubre, tanto los clubes como el propio órgano directivo de la federación acordaron aplazar en una semana el inicio de la competición al 8 de noviembre tras valorar los diferentes puntos de vista expuestos en la reunión. Como fecha tope ha quedado marcada para el 15 de noviembre. La FBCLM se comprometió a remitir en los próximos días la propuesta de calendario en ambas fechas para que sean los clubes los que decidan finalmente cuando se pondría en marcha de forma oficial la competición.
Independientemente de esta cuestión, de nuevo los clubes, salvo un caso puntual, volvieron a estar de acuerdo con que la competición debe ponerse en marcha, misma situación que la vivida el martes con los equipos masculinos. Los 9 equipos que disputarán la Liga (7 de Castilla-La Mancha y 2 de Extremadura) unen fuerzas en pos de llevar la máxima normalidad posible a sus canchas con el comienzo liguero.
La competición se desarrollará en un grupo homogéneo de 9 equipos debido sobre todo a la imposibilidad geográfica de hacer dos subgrupos ya que esa opción dejaría grupos minoritarios de 5 y 4 equipos.
Otro condicionante para no demorar el inicio de la competición es el hecho de que el campeón de Liga tendrá que jugarse la fase de ascenso a Liga Femenina 2 en las fechas marcadas por la FEB, por lo que esa limitación existe y hay que tenerla muy en cuenta. Al igual que en categoría masculina, la Liga contará con un calendario donde las primeras jornadas serán por cercanía geográfica e incluso en la tercera jornada podría darse el caso de una jornada doble ante un mismo equipo. Para el 10 de enero se habilitaría una jornada de descanso para la disputa de partidos atrasados.