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Ciudad Real homenajea a Ángel Nieto

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El fallecimiento de Ángel Nieto ha consternado a la sociedad española, especialmente a los amantes del motor, que han mostrado de diferentes modos su lamento por la pérdida de Nieto.

En la capital, En Moto Ciudad Real, suspendía su tradicional salida de los domingos, y organizaba una pequeña marcha en homenaje del expiloto zamorano, uno de los mitos deportivos de una España en la que eran más necesarios que nunca, pionero, junto a los Santana, Orantes, Bahamontes y compañía, en la élite mundial. “Su muerte ha impactado mucho a los moteros”, explica el portavoz de la organización, “porque era una persona muy abierta. Le llamabas y siempre acudía”. Al acto se han sumado otros colectivos moteros como Pararrayos, Amigos de la Guzzi Hispania y de otras localidades de la provincia, en torno a un centenar de moteros

La concentración, en la que estuvieron presentes más de un centenar de moteros, salió del aparcamiento del Quijote Arena pasadas las 10:30 de la mañana, para recorrer un circuito urbano por la Ronda del Parque, calle Morería, Plaza del Pilar, Avenida Alfonso X, el Prado, Paloma, Avenida del Torreón, Hidalgos, Calatrava y Altagracia hasta la Plaza Puerta de Toledo, donde a las 12+1 se guardó un minuto de silencio.

En el acto estuvieron los concejales del Ayuntamiento de Ciudad Real Nohemí Gómez-Pimpollo y Alberto Lillo.

Ángel Nieto, un pionero

Nieto falleció el jueves a los 70 años en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario de Ibiza, en la que ingresó el pasado 26 de julio por las secuelas que le produjo un accidente de tráfico con un quad.

El zamorano puso la primera piedra de los éxitos actuales del motociclismo español con la célebres ‘balas rojas’ de Derbi en la década de los setenta del siglo pasado y acuñó el célebre ‘doce más uno’ para referirse a sus títulos mundiales (6 en la extinta 50 cc y 7 en 125 cc) debido a su superstición.

De hecho, su firma en los autógrafos para los aficionados era ‘Ángel Nieto, 12+1′ y ’12+1’ es el título del documental de Álvaro Fernández Armero en el que se resume la historia de un genio de la moto nacido en Zamora en el seno de una familia humilde, pero que se trasladó al madrileño barrio de Vallecas con un año.

Forjador de la saga de los Nieto, pues sus hijos Gelete, Pablo y Hugo y su sobrino Fonsi Nieto siguieron sus pasos, Ángel Nieto se inició en el motociclismo con 13 años en carreras de aficionados y no dudó en viajar a Barcelona para trabajar en la empresa de motos Bultaco para lograr recursos con los que competir.

En 1969 debutó con Derbi y ganó sus dos primeros Grandes Premios antes de lograr su primer Mundial en 50 cc. Fue el germen de una gran trayectoria en la que sumó otros 12 campeonatos del mundo más entre la cilindrada pequeña, la de 50 ya extinta (1969, 1970, 1972, 1975, 1976 y 1977), y la superior de 125 cc (1971, 1972, 1979, 1981, 1982, 1983 y 1984), además de cuatro subcampeonatos.

Después de colgar la moto, creó una escudería y fue director técnico antes de ejercer como comentarista del Mundial de MotoGP en televisión. Fue distinguido con la más alta condecoración que otorga el Gobierno, la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo, y es Caballero de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo.

En cambio, nunca ganó el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, actual Princesa de Asturias, pese a contar con un palmarés excelso. “No me lo van a dar. He preguntado si me lo darían a título póstumo, pero ni siquiera”, dijo sarcástico el pionero Nieto, cuya pérdida dejará huella profunda en la moto, como él la llamaba, en España.

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