Enfermos, ancianos y cuidadores acuden a mostrar su cariño a la Virgen del Prado y pedirle su protección

Los enfermos y ancianos, así como quienes les cuidan, fueron los protagonistas del primer acto, como preludio, de las Fiestas en honor a la Virgen del Prado con su participación en la quincuagésima sexta edición de la Caravana Blanca que trasladó a en torno a un centenar de personas mayores desde las residencias asistida Gregorio Marañón y Santa Teresa Jornet, además de la Ciudad de Matrimonios.

En dos autobuses de Aisa, cinco ambulancias de Amaur & Amberne con diez técnicos de emergencias sanitarias, y una ambulancia de Protección Civil, que también aportó dos soportes de intervención y once voluntarios, se desplazaron los usuarios de las residencias de mayores en la Caravana Blanca organizada por la Hospitalidad de Lourdes y coordinada por Manuel López Francia, que mantienen viva esta iniciativa impulsada hace 56 años por el capellán del Hospital Provincial, José Ballesteros.

Cinco coches de época del Club de Vehículos Históricos participaron en la comitiva que contó con la asistencia de la Dulcinea, Fátima de la Flor, el Pandorgo, Julio Santiago Sánchez Higuera, y su esposa, además de la primer teniente de alcalde y edil de Festejos, Eva María Masías, y el concejal de Promoción Económica, Pedro Maroto.

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La Catedral se llenó para asistir a la celebración eucarística presidida por Melgar / J. Jurado

Enfermos y personas mayores acompañados de sus familiares se sumaron a la celebración, la Hospitalidad de Lourdes repartió 450 claveles blancos entre los asistentes y el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, presidió la Eucaristía, en la que indicó que la Virgen escucha las súplicas de sus hijos e intercede, como hizo en las Bodas de Caná, por los que tienen necesidad. Melgar citó la oración de San Bernardo  de confianza en el amor de la Virgen como Madre, animó a estar atentos a los sufrimientos de los demás y ser servidores suyos, igual que Dios es comprensivo y misericordioso, y alentó a hacer regalos de entrega, amor y servicio los unos a los otros.

Se repartieron claveles blancos a la entrada de la Catedral / J. Jurado

Hermanas de la Cruz, de los Ancianos Desamparados, de María Auxiliadora y Siervas de María fueron algunas de las religiosas que acudieron a esta celebración de los más desvalidos en honor a la Virgen del Prado que incluyó una ofrenda de flores a la Patrona de la ciudad y en la que muchos de los asistentes en silla de ruedas se colocaron delante de los primeros bancos y otros en camilla en el altar.

Con la Salve e Himno a la Patrona, culminó la celebración en la que los fieles, entre los que estuvieron personas con escasa movilidad, mostraron su cariño y devoción a la Virgen del Prado y pidieron su intercesión y protección.

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