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La brecha en empleo aumenta en pandemia: más paro entre las trabajadoras, pero caras visibles de los servicios básicos

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Las mujeres han liderado durante la pandemia muchos de los trabajos que han estado en primera línea en la lucha contra la Covid-19. Como técnicas en Enfermería, dependientas en tiendas de alimentación y supermercados o como limpiadoras han sido muchas de las caras visibles de los sectores en activo, pero con la remuneración más baja.

De la misma manera, las trabajadoras han sido las principales afectadas por el impacto de la crisis sanitaria, principalmente en los sectores de hostelería, comercio o los relacionados con los servicios auxiliares en educación. Igual de precarios.

A ello se suma la conciliación que a duras penas muchas de estas mujeres han sobrellevado en casa a la hora de compatibilizar las tareas laborales y domésticas, y también las educativas en el caso de familias con hijos.

Menos tasa de empleo

Son realidades de una brecha paradójica, que en la provincia de Ciudad Real y en Castilla-La Mancha no está cuantificada, aunque el informe del INE ‘Mujeres y hombres en España’, recientemente actualizado, encierra algunas pistas en sus cifras.

La tasa de empleo de los hombres de 16 y más años aumentó en España en 6,0 puntos en el periodo 2014-2019, y la de las mujeres en 4,8 puntos, recoge este análisis.

En conjunto, la brecha de género en las tasas de empleo creció en ese quinquenio 1,2 puntos hasta los 11,5, por debajo de los 10,5 de Europa. El repunte se debió a la mayor empleabilidad masculina en relación a la femenina.

De la misma manera, la participación de trabajadores hombres a tiempo parcial disminuyó en ese periodo en ocho décimas hasta el 7%. La de las mujeres con este tipo de jornada también retrocedió pero es mucho más abultada, y pasó del 25,6% a un 23,8%.

En el empleo total de mujeres y hombres, el porcentaje de hombres a tiempo parcial es del 3,8%, frente al 10,9% de las mujeres.

Desempleo

Esta realidad también marca desigualdades hacia las mujeres en lo referido al desempleo. En el ámbito provincial, las paradas representaban a finales de mayo el 61,9% de los 53.0574 personas apuntadas en las listas del Sepecam.

En concreto, se cerró una cifra de 33.191 mujeres desempleadas, tras subir en 185 respecto a abril, frente a los hombres parados, que en global disminuyeron su número en casi 2.000 personas. De los 22.110 del cuarto mes, acabaron mayo con 20.383.

Más precarizadas

Carlos Duque, secretario general de la Federación de Industrias, Construcción y Agro (FICA) de UGT en Castilla-La Mancha, reconoce que los sectores más feminizados son los más precarizados. Además, han aumentado su desempleo, y están más afectados por los expedientes de regulación temporal de empleo (Ertes).

Por sectores, las mujeres, señala Duque, se han visto afectadas porque “han cerrado los comedores escolares y muchos servicios de limpieza”. Se da la paradoja, en su opinión, de que las trabajadoras de la limpieza han sido imprescindibles en establecimientos públicos como hospitales, ayuntamientos o diputaciones, mientras que en oficinas, comercios y hostelería, el servicio “ha bajado mucho”.

Aún sin datos de la afectación de los Ertes por género, “nos llegan por sectores”, Duque sostiene que “lo más castigado” es el empleo femenino.

De la misma manera, el porcentaje de reducción de jornada para atender a los hijos es mayoritario entre las mujeres trabajadoras. “Estamos avanzando, pero las mujeres son las más perjudicadas en esta problemática”, ha señalado.

Conciliación

En similar tesitura se ha expresado Rosario Martínez, secretaria de Mujeres e Igualdad de CCOO CLM. “Cuando hablamos de los problemas que se están generando por la mala conciliación, acentuado por la crisis de la Covid-19, las  mujeres somos nuevamente las más afectadas, y seguimos cargándonos las tareas de los cuidados”.

El cierre de los centros educativos y de los asistenciales, de mayores o de día “ha hecho que muchas mujeres tengan que compatibilizar el teletrabajo con la vida personal”. Es un hecho que, para la sindicalista, “limita la capacidad a la hora de trabajar”.

Por ello, es necesario que “se regule el teletrabajo y haya unas medidas de conciliación adecuadas”.

El problema para la mujer trabajadora seguirá a partir de septiembre, ante la incertidumbre que se genera a la hora de abrir los centros educativos y “en qué condiciones”.

Martínez ha reconocido un avance en la implicación de los hombres en los cuidados, pero ha reclamado “una mayor responsabilidad”, además de la necesidad de que “se dé más reconocimiento a este colectivo invisibilizado”.

Respecto al empleo, se ha producido “una contradicción”, pues si las mujeres han sido las principales perjudicadas al asumir el tema de los cuidados”, también han tenido protagonismo en los puestos de trabajo que “han mantenido y sustentado” la lucha contra la pandemia. Sanitarias, limpiadoras, trabajadoras en grandes superficies han ofrecido “servicios fundamentales para el país”, con sueldos “a veces muy precarios”.

Es una realidad que, en la actualidad a falta de datos desagregados en la presentación de los Ertes, “con el paso de los meses empezaremos a analizar y estudiar”. Con toda seguridad, Martínez vaticina que reflejará “que las mujeres hemos sido las más perjudicadas”.

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