Millán Salcedo: “Nadie debe apropiarse del humor manchego: está en el Quijote”

Aunque haya quien no se lo crea, tres intentos cuesta hacer la entrevista: la primera porque está en un hipermercado y asegura que no quiere marcarse “un Cifuentes” así es que me pide que le dé diez minutos para pagar. Y la segunda es casi tan surrealista como ese humor con el que ha hecho reír a tantas generaciones: Mientras contesta a mis preguntas, entra a su portal y se encuentra a unas vecinas peleándose a voz en grito hasta el punto de que me impide escuchar sus respuestas.

Volvemos a cortar, pacifica la situación y sube a su casa. Allí sí parece que vamos a poder charlar tranquilamente aunque, como digo, con Millán Salcedo todo es agradablemente impredecible.

Comenzamos hablando de su nombramiento como Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha que el Gobierno regional le entregará el próximo 31 de mayo en Talavera de la Reina coincidiendo con el acto institucional del Día de la Región por su aportación artística en los ámbitos de la escena y el humor, alcanzando gran fama como integrante de ‘Martes y Trece’ y llevando su humor, durante varios años consecutivos, a millones de hogares españoles con escenas memorables con las que se ganaron el cariño de varias generaciones. Además, ha completado su extensa carrera con éxitos tanto en televisión, teatro y cine, así como publicando varios libros.

“Es un honor ser Hijo Predilecto, que no adoptivo porque yo soy del pueblo al que se refería Cervantes en el Quijote, Brazatortas, a cuyos vecinos les quiero dedicar especialmente este reconocimiento después de que unos hechos muy desagradables me impidieran dar el pregón allí hace unos años”, explica Millán afectado y sin querer mencionar las amenazas que recibió en su casa en 2014 y que le llevaron a declinar ser el pregonero.

Profesión que eligió desde niño

Pero las alegrías que ha vivido desde entonces, sumadas a este reconocimiento en su tierra, le hacen no pensar en esos malos momentos sino en que ha sido un gran afortunado en esta vida porque “tengo la enorme suerte de haberme comido el gordo, perdón, de haberme tocado el gordo más gordo que hay que es el de trabajar toda mi vida en la profesión que elegí desde pequeñito, cuando comencé a actuar en los salesianos de Ciudad Real y, de hecho, creo que en el primer medio de comunicación en el que salí fue en Lanza haciendo los coros en el teatro Cervantes a una cantante que se llamaba Olympia. Ahora, desde entonces gracias a Dios me han menguado las orejas y se han vuelto normales”, bromea.

Entonces, recuerda, se ‘enganchó’ a ese vértigo que supone subirse a un escenario y que no ha perdido desde entonces, pese a sus más de cuatro décadas de profesión, “y por ejemplo la última vez que he vuelto a subirme con mi espectáculo En mis trece 2.0, sigo sintiendo cierto canguelo. Pero ese ‘gusanillo’ que tengo desde luego no tiene nada que envidiar al negro del WhatsApp. Para mí subir al escenario es sanador”.

Salcedo, que insiste en que nunca olvida su tierra porque es su cuna y “es de bien nacidos ser agradecidos”, reconoce que siguen preguntándole si volverán Martes y Trece, y él siempre quiere dejar claro -aunque visto lo visto no quieren creerlo muchas generaciones- que no.

Afirma que fue una época de la que se siente muy orgulloso, que le dio “muchísimo” y que le ha permitido llevar una vida confortable y que, a pesar de que les sigue sorprendiendo que cada día se acuerden de ellos y que los conozcan jóvenes generaciones que usan sus expresiones como el ‘digamelón’, ya pasó.

“Siempre fardaré de haber sido uno de los tres de Martes y Trece y, en concreto, la ‘Encannna’ de España y la empanadilla. De hecho, en el show actual sigo llevándolo a gala”, reconoce, al tiempo que explica que con Josema Yuste mantiene una “relación de WhatsApp, que es la que mantenemos muchos hoy en día para evitar también ir a bodas, bautizos, comuniones o entierros. Mandas unos emoticonos con un guiño y un beso y listo”.

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Millán Salcedo, es Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha / Lanza

Humor manchego

En un momento en el que triunfa y tiene un reconocimiento especial el humor manchego que ya demostró hace décadas Millán Salcedo y que en la actualidad tiene otros exponentes también como José Mota, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas, Julián López o Agustín Durán, el humorista y actor reivindica que ese humor no es propiedad de nadie sino que se debería reconocer las fuentes de las que bebe y que no son otras que las del propio Cervantes con su universal novela El Quijote.

“Es un error de perogrullo y algunos se quieren apropiar de la jerga, del modo de hablar, de los ‘ej que’… Pero siempre defenderé que el humor manchego intrínseco viene intrínsecamente, valga la refinfoncia, dentro del Quijote, un maravilloso libro de caballería que me enseñó a leer, y en cuyos personajes lo encontramos. Hay algunos que yo llamaría ‘piratas manchegos’ porque se quieren apropiar de eso y no puede ser. Citemos nuestras fuentes de procedencia porque todo ese humor astracanado, la parodia y los personajes exagerados están en esa novela”, confiesa muy serio en este caso.

No se puede ser gracioso las 24 horas

Millán Salcedo agradece que el público lo siga reconociendo y que, “generalmente”, se acerquen sonriendo a él pero también reconoce que nadie puede ser gracioso las 24 horas del día, “ni siquiera Dios que si fuera humorista no estaría en todas partes, sino solo o con leche” bromea con su típica entonación.

De hecho, reconoce que intentar ser gracioso todo el día te lleva a acabar hospitalizado “como me pasó a mi que, por no defraudar al público siempre estaba haciendo lo del ojo, lo de Encannna… Y al final me saturé hasta el punto de enfermar y dejar Martes y Trece. La gente debe entenderlo y, al que no lo haga, que le den morcilla”.

Centrándonos ya en su último espectáculo -porque en una entrevista con Millán el tiempo vuela- el actor reconoce que, pese a que en un primer momento se mostró reacio a los avances tecnológicos, ahora está “abducido por esa tecnología que es necesaria, si bien es cierto que no debemos llegar hasta el punto de que controle nuestras vidas porque entonces es como un ataque alienígena porque del móvil no nos desprendemos ni comiendo”.

Esa es precisamente la temática que nutre su “chou, porque a mi me gusta así con ch”, y en el que parodia este tipo de situaciones llegando con su pianista, que es quien le da la réplica, a ponerlo en modo avión “para que no me moleste cuando me cabreo porque no sé quien le ha dado wifi en este entierro”, exagera.

Y precisamente esas nuevas tecnologías son las que, a su juicio, siguen demostrando que España es un país que goza de un gran sentido del humor, “ya que no hay evento bueno, malo, de la Casa Real, de los políticos o de quien sea y donde sea, que no tenga su meme a los dos minutos”, si bien reconoce que antes había más libertad “porque ahora nos la cogemos con papel de fumar, cuando lo que se debería tener en cuenta es la intención con la que se hace una broma más que si toca o no determinados temas. No podemos depender sólo de lo políticamente correcto, aunque también es cierto que nadie se puede amparar en el anonimato en las redes sociales”.

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