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“No es una gran alegría, es un respiro, un paréntesis, y seguiremos luchando”

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J. Y.
Ciudad Real

“Es una pequeña satisfacción, no es una gran alegría, es un respiro, un paréntesis, no paraliza nada, pero nos permite seguir negociando con el banco para poner fin al proceso”. De esta manera Gregorio Carretero valoró la paralización transitoria de la subasta de su casa prevista por el juzgado para este jueves, al estar envuelto en un procedimiento judicial contra Bankia por haber avalado a su hijo en la compra de una casa. Aseguró que “voy a seguir luchando” contra prácticas bancarias “que no son muy legales”, con el fin de evitar la puja de su casa de Malagón, ante la imposibilidad de hacer frente a una deuda de 84.000 euros que mantiene, a pesar de la dación en pago de la vivienda de su hijo. “A partir de hoy seguiremos negociando con el banco, para liquidar el procedimiento”, reiteró.

Con una alegría contenida, Carretero explicó que la paralización se produjo “cuando íbamos al juzgado y mi abogado recibió un correo con un documento de la entidad en el que comunicaban que se iba a suspender”.

Posteriormente, “se ha materializado con la firma de los documentos”, dijo  a los medios, acompañado de miembros de   la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Según aclaró esta feliz salida  pone a fin a un recurso judicial referido a la deuda, mientras que está pendiente de resolución otro en la Audiencia provincial en el que denuncia cláusulas abusivas en los criterios de tramitación de los préstamos.

“Si en la primera tasación se  hubieran ajustado a la ley, hoy  no estaríamos en la situación en la que nos vemos”, aseguró, por lo que ahora “dejaremos un compás de espera a ver si nos dicen algo, y si no seremos nosotros los que actuemos”, agregó.

Carretero defendió en todo momento la necesidad de negociar, en base a otros casos similares en otros puntos de España, en los que caben “más opciones” que  “o pagar la deuda o entregar la casa”.

Por eso conminó a la entidad bancaria a “que lean nuestros  escritos y luego lo discutimos”, dado que en ellos argumentan salidas y analizan las formas de proceder el banco en la negociación de préstamos hipotecarios.

En cualquier caso, “tenemos que negociar, y ahora hablamos de igual a igual y eso les molesta mucho porque ahora sabemos que se han ido apropiando de cosas que no eran muy legales”.

La lamentable historia Carretero se inició hace algunos años cuando su hijo adquirió una vivienda en Ciudad Real y solicitó un préstamo a Bankia, que fue avalado por él.

Tras cuatro años haciendo frente puntualmente a las cuotas mensuales, el hijo de Carretero   se quedó en paro y se vio obligado a suspender los pagos, por lo que solicitó y ejecutó la dación en pago, aunque no cubrió toda la deuda que le reclama Bankia por las cláusulas introducidas en la tasación de la vivienda. o

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