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Rafael Bermejo, nuevo gerente de la cooperativa Santa Catalina

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La Cooperativa Santa Catalina tiene nuevo gerente. Diego Moraleda se marcha a otro destino profesional y Rafael Bermejo, actual enólogo, se hace cargo del puesto de mayor responsabilidad de la entidad. El cambio se ha producido dentro de un ambiente de total normalidad, y así lo ha querido escenificar la empresa mediante una rueda de prensa.

El presidente, Pedro José Martín-Zarco, confirmó el relevo. “Diego ha tomado la decisión de irse a trabajar a otra empresa y no hay nada raro en su marcha”. El ya ex-gerente explicó que ha sido una decisión “muy meditada que me ha costado tomar, pero es una buena oportunidad para mi futuro personal y profesional”. Como ingeniero agrónomo que es, le ha surgido un nuevo proyecto laboral en Andalucía que le seduce afrontar.

Sin embargo, afirma que se va con un poso de nostalgia y sobre todo muy agradecido. “Agradezco a la cooperativa estos cinco años porque han sido los mejores de mi vida”. “La cooperativa es un sitio de referencia para mí”. También tuvo palabras de elogio para el Consejo Rector, los trabajadores y los socios por el comportamiento y respeto que siempre le han demostrado. “Me llevo un agradecimiento eterno hacia esta casa”.

Una mirada de “optimismo” hacia el futuro

De paso, también envió un mensaje de tranquilidad por el relevo que llega, en referencia a Rafael Bermejo. “Es una persona profesionalmente capacidad para hacer lo igual o mejor, trayendo ideas nuevas; estoy seguro que hará una labor estupenda”. Recordó que la cooperativa no es una empresa cualquiera en La Solana, ya que tiene un peso muy grande y constituye una referencia. Cuando llegó a la gerencia se molturaban 36 millones de kilos en la vendimia y en la última cosecha se alcanzaron los 50 millones. “La empresa tiene una fortaleza económica muy buena y eso nos hace mirar al futuro con optimismo”, destacó.

Rafael Bermejo admitió que la propuesta le llegó por sorpresa. “No me lo esperaba, pero es grato que tu empresa te proponga un puesto de tanta responsabilidad”. Reconoce que tuvo que pensárselo, aunque finalmente aceptó. “Soy una persona inquieta y espero estar a la altura de las circunstancias”. Pero también aclaró que no dejará la bodega y mantendrá su trabajo actual como enólogo. Cree que es perfectamente posible compatibilizar ambos cargos.

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