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Alberto Corazón

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Alberto Corazón, hombre clave del diseño y el arte español de las últimas décadas, ha muerto en Madrid a los 79 años. Alberto ha enseñado a muchos diseñadores gráficos la importancia de su trabajo. Imágenes corporativas, logos de empresas e instituciones llevan su sello de calidad.

Logos institucionales
La actividad de Alberto Corazón es conocida por la creación de logos de empresas que presentan su imagen con el trabajo realizado por este diseñador gráfico. La ONCE, Mapfre, Tesoro Público, Biblioteca Nacional, Universidad Autónoma de Madrid, Casa del Libro, Hispasat, Paradores, Círculo de Bellas Artes, Ayuntamiento de Murcia, Junta de Extremadura o Librería Antonio Machado son algunas de las instituciones para las que realizó su trabajo de diseñador gráfico. Todo esto en democracia, cuando el diseño se convirtió en un signo de identidad de la modernidad del país.

En 1973 creó Alberto Corazón editor, en 1975 fundó y presidió Investigación Gráfica SA, un centro especializado en el Diseño de Identidad Corporativa. La empresa desarrolló en 1981 el primer programa de Identidad Corporativa que hizo un banco español, el Urquijo, y una compañía española Laboratorios Okal. Toda una lección de entendimiento de lo que debe ser el diseño corporativo con la búsqueda inteligente de la imagen sencilla, clara y utilizada en muy diferentes soportes. Un trabajo de investigación previo, de estudio y de desarrollo final cualificado. El logo y la imagen investigados en una forma abstracta pero que tiene referencias a sus contenidos, de una fuerza que nos recuerda aquello que evoca y con una capacidad de integrarse en cartas, carpetas o en objetos de la vida cotidiana.

Premios y reconocimientos
En 1989 recibió el Premio Nacional de Diseño y a lo largo de los años recibió diferentes reconocimientos de su obra: Medalla de Oro del American Institute of Graphic Arts; Medalla de oro del Arts Directors Club; Medalla de oro del The Designers Association of London; o el premio especial del American Institute of Graphic Arts. Ha sido el único diseñador europeo que ha recibido la Medalla de Oro del American Institute of Graphic Arts, el más importante premio internacional en el área de la Comunicación Visual, está en posesión de los premios del Arts Director Club de Nueva York (1970); de la British Design and Arts Direction de Londres (1973); el LAUS 1988 y 1991; el de ADG-FAO de Barcelona (1973); el premio Alliance del Consejo de Europa; el Juventas al mejor diseñador del año 1985; el Montblanc a la Cultura de 1988; la medalla del FAD (1992); el premio El temps de Diseño 1995; o la medalla de oro del Design Council International en 1991.

Reconocimientos que avalan una trayectoria de calidad y de valoración del diseño gráfico como elemento enriquecedor de la actividad empresarial e institucional. Su obra gráfica se ha publicado en las mejores revistas de diseño españolas e internacionales y su actividad en este campo ha sido reconocida internacionalmente. Y reconocimientos que hablan de una trayectoria intensa presente en la realidad cotidiana de nuestro país a lo largo de décadas, presente en instituciones, pero también en objetos de la vida diaria, en actividades que reconocemos con un uso ininterrumpido de años.

Imagen corporativa, objetos y diseños
Alberto diseñó la imagen de empresas que empezaron a entender la trascendencia de la imagen. Diseñó desde objetos como el teléfono Domo a la iconografía de la red de Cercanías de RENFE, incluidos mobiliario urbano y planos de las líneas. Los relojes de sol de Puerta de Toledo son también creaciones suyas. Los murales de las medianerías de Puerta Cerrada en Madrid marcaron una nueva forma de entender esta actuación urbana.

En Toledo realizó el diseño de la señalización de las calles de la Judería con una imagen sencilla y atractiva. Unas placas de color rojo en un soporte de fibra de vidrio realizado por la empresa Tecnove se implantó en una zona central de la ciudad. Una solución no entendida por el amor rancio a las placas de cerámica de dibujos y composiciones trasnochadas. Los mazapanes de santo Tomé tienen su imagen en sus cajas y envoltorios. Objetos cotidianos con la categoría del diseño de primera calidad que avalan la marca y confirman el valor de aquello a lo que nos acercamos.

Libros, pensamiento y pintura

Alberto ha diseñado y maquetado libros de una calidad y cuidados especiales en su composición. En 1991 la Junta de Comunidades publicaba en dos tomos el Teatro completo de Francisco Nieva. La dirección y coordinación de la edición corría a cargo de Jesús Martín Rodríguez. Y el diseño y maquetación lo realizó Alberto Corazón. Dos volúmenes encuadernados con un papel de aguas uno de ellos de color rojo y el otro azul que se conservaban en una caja de colores grises. El papel de la impresión, la cuidada tipografía, incluso el olor del libro impreso por TF llevaban el sello del cuidado de Alberto Corazón. Y junto a este, otras muchas publicaciones cuidadas desde la idea, la maquetación a la impresión final. En los años 70 su labor como editor nos puso en contacto con todo el pensamiento europeo de la comunicación.

Alberto Corazón creía que una cualidad esencial de la obra de arte es su doble condición de naturalidad y misterio. En algunos de sus ensayos, Corazón sugiere que le acompañemos en esta travesía del laberinto que es el proceso de la creación. Anécdotas, reflexiones y filosofía vital en un camino de palabras que deriva en una visión en la que autor, obra y proyecto artístico forman un todo.
Su libro Cuaderno del nómada es una mezcla de imaginación, sueño e historia. El editor cuenta al principio del libro. Había visto un dibujo y me había inquietado. Me puse en contacto con Alberto con la esperanza de ver la totalidad de la obra, pero ya no estaba en su poder. Me contó la historia, que me pareció tan increíble como fascinante. Había recibido un encargo un día frío del 92 en Alemania. Se trataba de realizar un retablo de 32 pinturas. El tema era enigmático y el comprador anónimo, incluso para él. El libro mezcla realidades, sueños, viajes y finalmente los dibujos que realiza de forma acelerada a lo largo de meses y en diferentes viajes. Tengo la suerte de tener un ejemplar de este libro, el número 689 de la serie de 999 editados por TF. Su obsesión por los relojes de sol hace que el final del libro se feche el día de 1993 en que el sol alcanza su mayor altura y ahí simula estar en solsticio, en quietud suspendida.

Desencanto y tristeza.
En los últimos años de su vida una sensación de tristeza y desencanto por la baja calidad de muchas propuestas, por el abandono de un diseño cualificado que parece puede hacer cualquiera que disponga de un ordenador y un programa adecuado, aunque carezca de la habilidad y la capacidad creativa necesaria para ello. Y llegó el desencanto, la crisis, el cierre de la agencia. “Hace unos años vivimos una apoteosis de la mediocridad. Mis clientes penalizaban la excelencia. Todo alrededor era mediocre. Decidí que no quería participar en esa ceremonia”. Pero sus numerosas obras de diseño gráfico, sus pinturas y sus escritos siguen vivos como testimonios de la excelencia de su trabajo.

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