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Tapar los errores con lonas de colores

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Durante varias legislaturas el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Ciudad Real ha desarrollado un proyecto singular, por su envergadura y por sus condicionantes económicos. Se trataba de construir un gran Auditorio para la ciudad que incorporaba un aparcamiento en su zona delantera donde se configuraba una plaza superior, unas zonas de exposiciones y actividades culturales y la sala principal del Auditorio.
 
A lo largo de los años van quedando en evidencia una serie de cuestiones:
–          El proyecto no ha sido pensado de forma razonable para las necesidades de la ciudad y tiene unas condiciones constructivas que, contabilizado el necesario equipamiento, pueden llegar a los 30 millones de euros como mínimo. Ha faltado una concepción política de las necesidades de la ciudad. La obra, vistas las actuaciones realizadas en otros muchos lugares de Castilla-La Mancha tiene un coste claramente excesivo que duplica o triplica el de muchos edificios de estas características en funcionamiento.
–          Una inversión de estas características, a pesar de iniciarse en tiempos de bonanza económica pone de manifiesto la falta de criterios de priorización de las necesidades de la ciudad tanto en el ámbito cultural como en otros muchos aspectos.
–          El proyecto en su desarrollo evidencia que el presupuesto inicialmente elaborado, los condicionantes del propio terreno y la propia realidad de la obra requieren una gestión municipal con conocimientos del tema.  La obra se paralizó con quince millones invertidos cuando faltaban porcentajes muy importantes por realizar. Unido a ello el paso del tiempo, los incrementos del IVA y los deterioros de una obra abandonada tememos que la obra pueda superar con creces los 30 millones y llegar a cifras más elevadas. Ha faltado una capacidad de gestión desde los responsables políticos del ayuntamiento para dar respuesta a las necesidades de cada momento.
 
El resultado de todo este proceso es que tenemos una estructura con un aparcamiento subterráneo, perfectamente inútil, en el que la Corporación del Partido Popular ha invertido quince millones de euros. Los tiempos actuales no son buenos para seguir invirtiendo en esta infraestructura otra cantidad similar o más. Y por ello han decidido cambiar la imagen urbana del abandono colocando delante unas lonas coloreadas que tratan de dar una nueva idea para que olvidemos lo que hay detrás.
Es más urgente que las estructuras ya construidas se protejan garantizando su adecuada conservación para que si algún día se decide continuar la obra no resulte que se han inutilizado o deteriorado gravemente.
Y sería bueno que en este tiempo de paralización se estuviera pensando en alternativas más económicas que permitieran que el día que sea posible aprovechar la gran inversión realizada, terminando la obra, se haga de manera más austera y ajustada a las posibilidades reales de la ciudad.
 
Lo demás son operaciones de maquillaje que tratan de ocultar las vergüenzas de una pésima gestión cultural, de unas decisiones políticas equivocadas y de una utilización del dinero de todos los vecinos de esta ciudad de manera equivocada y carente de criterio. Y eso no se tapa con lonas de colores.
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