Aplauso en Los Girasoles con “muchas ganas de que nos levanten pronto la veda”

Rosa, auxiliar de enfermería, cumple 54 años y a sus vecinos de la Tercera Fase de la Urbanización de Los Girasoles no se les ha olvidado. Cuando salieron este martes al cotidiano aplauso de las ocho le cantaron con mucha alegría, por la ilusión que sabían que le iba a hacer, el ‘Cumpleaños Feliz’ e incluso le entregaron de regalo una figurita de corcho de una supersanitaria capaz de resistir a todo.

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Salen a la puerta de sus viviendas para reconocer el esfuerzo de los que más se exponen al contagio luchando contra la pandemia / Clara Manzano

En su calle, donde los vecinos algunos fines de semana hacen un pic-nic aportando cada uno un plato diferente como pisto, tortilla o migas para compartir entre todos, se está haciendo larguísimo este confinamiento y están “deseandico” de que “nos levanten ya la veda”.

Se agradece el seguimiento de las medidas de aislamiento en el hogar para evitar la propagación de la enfermedad / Clara Manzano

A las rejas, ventanas o puertas de sus casas salen cada jornada a las ocho para participar en este reconocimiento público a quienes más están ‘dando el callo’ para atajar la pandemia, exponiéndose así mismo más al contagio, como los sanitarios.

Anton Bech y Ruth López contribuyen con sus palmas a un cálido aplauso / Clara Manzano

Quienes tampoco faltan a este acto de agradecimiento a los profesionales sanitarios son la venezolana Ruth López y el danés Anton Bech, que residen en la Primera Fase de Los Girasoles. Ella, cantante profesional y cocinera, no lo está llevando muy bien lo del confinamiento, porque le gusta pasear, ir al parque y está complicado para los artistas sacarle rentabilidad a su creatividad a través de internet. Él, procedente de una cultura más casera, de estar más tiempo en el hogar, no le ve tantos inconvenientes ya que, ingeniero de Mecánica en Vestas desde hace 35 años, teletrabaja en casa con sus compañeros en Dinamarca e Inglaterra. Está con Ruth, hay vino y buen tiempo y tienen un pequeñito huerto-jardín con lo que para nada lo sobrelleva mal.
Se conocieron en Vitoria y han terminado residiendo en Ciudad Real, donde ahora están confinados, situación que Ruth trata de aliviar interpretando canciones desde una terraza de su vivienda muy aplaudidas por sus vecinos.

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