El presentador del acto, Miguel Huertas, explicó que el concierto de este viernes estuvo cerca de no poder hacerlo. En ese sentido, Huertas relató desde el estrado que el nuevo convenio propuesto por el Ayuntamiento de Tomelloso ascendía a 7.500 euros y con la obligación de programar un mínimo de 6 conciertos al año. La Asociación Pro-Música Guillermo González alegó al Consistorio que con esa cantidad no podían llevar a cabo los conciertos señalados pues cada uno de ellos cuesta alrededor de 2.500 euros y cuentan con 100 socios que aportan 40 euros al año. El Ayuntamiento propuso llevar a cabo 4 recitales, opción que aceptaron los socios pero que “es un paso atrás”, dijo el presentador. Por ello pidió ayuda al auditorio, animando al público a asociarse a “Guillermo González” para poder ofrecer un mínimo de 6 conciertos por año, “nos va la vida y la música en ello”, dijo Huertas.
Laura Muñoz nos puso en suerte el concierto, la soprano explicó lo que vendría —mantuvo un tono muy didáctico durante todo el recital, contando datos curiosos de algunas de las obras interpretas— recordando que en el siglo XIX España era para el resto de los europeos un país exótico y lejano.
El concierto estuvo dividido en dos partes, la primera fueron obras de autores europeos inspirados en España. Piezas de Mozart, el dúo “Che soave zeffiretto” de las Bodas de Fígaro; Mendelssohn, con un dúo de las “Bodas de Camacho” o La Sonata K 1 de Scarlatti (un compositor napolitano que murió en España), interpretada con castañuelas y piano. Esta virtual primera parte continuó —con entradas y salidas y cambios de vestimenta de las cantantes— con “la Spagnola” de Vicenzo di Chioara, “Las filles de Cadix” (que viene de los toros) de Leo Delibes; “El desdichado”, un bolero a dos voces de Saint-Saens con letra en español; “Pace Dio mío” de La Forza del destino de Verdi; las “Seguidllas” de Carmen con castañuelas y la “Habanera” de la ópera de Bizet interpretada por Laura Muñoz.
La segunda mitad fue de obras compuestas por artistas españoles, “Háblame de amores”, de Ernesto Fusté; “Danza española”, de Granados, interpretada al piano por David Manson; “Tus ojillos negros”, de Falla; la Habanera de “Don Gil de Alcalá”; “Me llaman la primorosa”, de la zarzuela El barbero de Sevilla de Giménez; un “Solo de castañuelas” portentoso de Carlos Granados; el dúo de las majas de “El Barberillo de Lavapies” de Barbieri y del mismo autor “Niñas que a vender flores…” de la zarzuela “Diamantes de la corona”.
En definitiva, fue una gran noche de música, con España como inspiración, que puso de manifiesto el buen hacer de David Mason al piano, el virtuosismo de Carlos Granados a las castañuelas y las grandes voces de Azucena López y Laura Muñoz. Como no podía ser de otra forma, el público ovacionó al cuarteto.