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Ruidera recupera la estética medieval original de Nuestra Señora de la Blanca

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La restauradora de Bienes Culturales, Raquel Racionero Núñez, trabaja en la restauración de la valiosa talla medieval de Nuestra Señora de la Blanca, de Ruidera, impulsada por la población de esta localidad ciudarrealeña.
Son importantes los faltantes volumétricos de la imagen que la definirían, entre ellos la talla del Niño que la Virgen presentaría de manera frontal, explica Racionero Núñez. La talla corresponde a una imagen de vestir, función que adquiere a partir del siglo XVIII, y que parte de una talla de marcado carácter medieval correspondiente a la tipología de virgen trono.
Para comenzar las labores de restauración ha sido necesario realizar un estudio radiográfico para ver su interior y verificar hasta dónde había dañado la madera el ataque biológico (ataque de xilófagos), qué uniones tiene la talla y qué partes se habían añadido al original. Este estudio ha permitido comprobar que los originales brazos de la Virgen -actualmente perdidos- eran rectos y apreciar los restos de policromía original bajo los nuevos repintes realizados en época moderna concretamente en la cara y parte superior de la talla.
Original es toda la estructura de la imagen y destaca el estado óptimo que presentan la base y la caída de los pliegues de la túnica y manto que conservan colores propios de la paleta tonal medieval con tonos planos que van de los verdes y azules hasta los rojos vivos.
Además de posibilitar la consolidación la pieza, cuyo mal estado hacía peligrar su conservación, la restauración va a consistir en devolver a la talla la función de imagen sedente medieval -como era originalmente-, sin perder la función que tiene actualmente de imagen de vestir, ya que se la cubre con corona, ricas vestiduras y alhajas.
Así, se van a eliminar los añadidos recientes que desvirtúan la pieza en su conjunto, para reponer los faltantes en función de la lectura armónica de la estructura original. Se va a llevar a cabo mediante un volumen de madera de poco peso y estable, en el que aparecerán simuladas las partes faltantes -los brazos y el Niño-, fijado a la estructura con pequeños imanes, de manera que podrá quitarse este añadido, sin invadir la pieza original, cuando se considere oportuno para vestir la imagen.
A nivel pictórico, tanto la cara como la parte superior del busto “se encuentran enmascaradas por una capa de policromía en muy mal estado y que desvirtúa la visión estética original de la obra”, expuso Racionero Núñez, que destacó la importancia del proyecto de puesta en valor de este bien, respaldada por el párroco de Nuestra Señora de la Blanca, Ricardo Magro Moreno.

Para agosto
Para las fiestas de Nuestra Señora de la Blanca de Ruidera, el 15 de agosto, está prevista que esté culminada la restauración de la talla que consistirá en la consolidación de toda la pieza, desmontaje y eliminación de los añadidos, reintegración del volumen y recuperación pictórica. Todo ello, basado en un estudio de piezas de características similares para favorecer una rehabilitación lo más aproximada posible a la obra original y devolver su función estética y material, ante los graves daños que ha sufrido y el riesgo de su desaparición por el mal estado que presentaba, a esta imagen medieval con elementos arcaicos estilísticos que podían hablar de un origen románico.

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