A. R.
Ciudad Real
Debido al éxito que cosechó el pasado año en Almagro su obra ‘Nómadas’, la compañía navarro-chilena acude de nuevo con esta producción de teatro visual y gestual que estrenó en mayo de 2015 en el Teatro Gayarre de Pamplona. Viviendo entre España y Chile y viajando mucho con sus producciones, de la propia experiencia de los miembros de La Llave Maestra surgió la idea de crear este montaje.
Se dieron cuenta de que sus vidas estaban “como metidas en cajas, maletas, en tránsito de aquí para allá, y que era una situación que le pasaba a mucha gente”, explica Álvaro Morales, codirector junto a Edurne Rankin de una obra que retrata lo que sucede a una “sociedad que está en tránsito” y decidieron mostrar las situaciones que se producen: “Lo que uno se lleva, lo que no se puede llevar, aquello de lo que te despides, lo que te recibe en el lugar donde vas…”. La pieza engloba “muchas sensaciones que son muy transversales para todos los seres humanos”, indica Morales, que resalta que se trata de un espectáculo “muy sugerente” a partir de diferentes situaciones que surgen en los viajes, las mudanzas y los cambios de casa, lugar y país.
Los actores Max Pertier, Francisca Artaza y la propia Edurne Rankin interpretan a personajes que viven “en torno a maletas, cajas de cartón y embalajes donde llevan todos sus recuerdos e historias”, empleando de forma muy creativa en la puesta en escena objetos sencillos y cotidianos, en una obra en el que el “gran tema” es el viaje como metáfora de la vida. Aunque “queremos que todo sea seguro y estable, estamos en constante movimiento. Todo cambia, nos movemos y la vida misma es un viaje”, subraya Morales.
Con toda la materialidad implícita en una mudanza -como maletas, cajas de cartón y plástico de burbujas- trabajan en directo los actores, empleando con usos diferentes a los habituales objetos cotidianos al igual que hacen los niños que “transforman lo que tienen en las manos para jugar a diferentes cosas”, aprecia Morales.
Cómico y poético
Entre “lo cómico y lo poético” transcurre una pieza en la que se sugiere lo que acontece, están presentes lo surrealista, lo onírico y un humor absurdo, clownesco mezclado con lo nostálgico en sintonía con lo que sucede en el viaje al partir, dejar algo atrás y el pesar por “no estar en tu lugar”.
Los recuerdos de alguien que ya no está o de un amor perdido, el deseo de viajar a otro lugar que no se conoce, los reencuentros, bienvenidas y despedidas, el miedo a lo desconocido, la tristeza de tener que marchar y dejar todo lo tuyo, los desamores y las rupturas que hacen que cada uno tenga que seguir su camino se suceden en una obra en la que los tres personajes viven en constante travesía. “A veces van juntos y a veces separados. Comparten un viaje ‘grupal’ pero donde cada uno tiene también su propio viaje, su propia historia que contar”.
En constante diálogo están el trabajo expresivo y gestual de los actores con la música, compuesta por Gorka Pastor, “a veces atmosférica, otras claramente narrativa y que siempre realza la emocionalidad en el escenario”, en una pieza en la que el espectador “no echa de menos el texto”, mostrando que “no es necesario hablar para poder comunicar emociones profundas”.