La selección española de carretera sub-23 masculina, así como los integrantes del combinado júnior masculino que dirige el tomellosero Francisco Cerezo y los del equipo femenino, viajan este fin de semana hasta Bélgica para disputar el domingo la edición de promesas de la Gent-Wevelgem, donde se medirán a los mejores corredores de su edad de las principales naciones del universo ciclista.
En ese equipo sub-23 ha sido convocado Isaac Cantón, el joven ciclista de Argamasilla de Alba que compite en el equipo continental del Polartec-Kometa. Junto a él defenderán a España Marc Buades (Fundación Euskadi), Mikel Alonso (Fundación Euskadi), Xabier Mikel Azparren (AMPO), Francisco Galván (Lizarte) y Xuban Errazkin (Vito-Feirense-BlackJack).
Por su parte, Francisco Javier Cerezo, el nuevo seleccionador júnior masculino, acudirá a la cita belga con un equipo formado por Iván Cobo (Cantabria), Álex Martín (Cataluña), Sergio Trueba (Cantabria), Miquel López (Comunidad Valenciana), Jokin Murguialday (País Vasco) y Carlos Rodríguez (Andalucía). Mientras que Ramón González Arrieta ha decidido que el combinado júnior femenino lo integren Naia Amondarain (Tolosa), Carolina Esteban (Madrid Team), Ariana Gilabert (Catema), Ariadna Nevado (Sopela), Amaia Lartitegi (Bzk Iurreta) y Mireia Trias (Catema).
La prueba belga, tanto en categoría sub-23 como en júnior masculina y femenina, pertenece al calendario de la Copa de las Naciones, que agrupa las mejores pruebas internacionales para jóvenes talentos del calendario mundial. Los puntos que otorgan cada una de las citas de esta Copa organizada por la UCI cobran una especial importancia, pues son los encargados de definir qué número de ciclistas llevará cada país a los Campeonato del Mundo o qué 16 naciones logran una invitación automática para tomar parte en la próxima edición del Tour del Porvenir.
España, por tanto, tomará parte en la Gent-Wevelgem con la ambición de sumar la mayor cantidad de puntos UCI posible y de que sus ciclistas añadan una valiosa experiencia a su bagaje enfrentándose a un tipo carrera que poco tiene que ver con las que acostumbran a afrontar en nuestro país. La clásica belga, en sus diferentes versiones para promesas, plantea un recorrido similar al que afrontan los profesionales, con pasos por algunos de los muros adoquinados más famosos de la región de Flandes, aunque con un kilometraje notablemente inferior.