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Tecnología para clasificar los aceites vírgenes

almazara montes norte CM 223

Los importantes grupos Dcoop, Sovena y Deoleo colaborarán en la fase práctica del proyecto centrado en el desarrollo de tecnologías instrumentales para la categorización de los aceites de oliva.

Impulsado por la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, entre otros organismos y tras seis años en los laboratorios, la teorización tecnológica podrá tener una réplica de los procesos estudiados en la fase piloto que se desarrollará en dichas empresas los próximos meses.

Teresa Pérez, la gerente de esta entidad, celebra los avances alcanzados y el punto culmen en el que se encuentra el innovador proyecto que lleva a cabo el Grupo Operativo Sensolive-Oil, formado por la propia interprofesional, el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación y la Consejería de Agricultura andaluza como colaboradores; y el campus de excelencia internacional agroalimentario ceiA3 como coordinador técnico del mismo, además de las Universidades de Granada y Córdoba.

“El interés por el sector es grandísimo y cuando se constituyó el grupo Sensolive-Oil hubo mucha disponibilidad de las recursos humanos para desarrollar esos pilotos”, que en este caso será en esos tres centros oleícolas de referencia. El objetivo es que se empiecen a clasificar a modo de prueba los aceites con la nueva tecnología y así “ver la evolución”.

Posteriormente, en una segunda fase, “pasará a disposición de otras entidades del sector”.

El proyecto persigue impulsar una herramienta única para analizar los aceites en cualquier laboratorio y “que no haya variación en el resultado”.

En la actualidad cada empresa mide los requisitos paramétricos que exige el reglamento en su laboratorio, propio o externo, con medidas no homogéneas, incluso hay casos en los que no se desarrollan los paneles de cata para medir las características sensoriales.

Con el nuevo instrumento, las muestras pasarán por el panel de cada una de las empresas como paso previo a ser sometido a los análisis instrumentales, y las que den resultados discordantes pasarán a ser estudiadas por los laboratorios oficiales. De esta forma, con los resultados de la primera fase de los proyectos piloto, por una parte, se dispondrá de información para afinar los procedimientos, así como las herramientas de normalización y los modelos matemáticos aplicados a cada una de las tecnologías, y por otra, validar la idoneidad del modelo escogido.

Básicamente, se trata de comprobar que la lectura instrumental de la huella de la composición de componentes volátiles de los aceites de oliva vírgenes es suficiente para la clasificación en las categorías existentes.

“Lo ideal es crear una herramienta eficaz y que se considere como alternativa”, además de impulsar cambios normativos.

 

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