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Noche de Reyes, noche de ilusiones

Reyes Magos. Rubens

Esta noche es la gran noche, la noche más hermosa del año para casi todos los niños y niñas; digo casi porque algunos padres ya les han sustraido a sus hijos este momento tan precioso con otra ilusión envasada al vacío bajo el nombre comercial de Papa Noel.

Millones de zapatos pasarán la noche delante de las ventanas en nuestros hogares esperando que los Magos de Oriente dejen los regalos que les hemos pedido y las sorpresas que tengan a bien darnos y que a buen seguro serán de nuestro agrado. Aún recuerdo el balcón entreabierto con las cortinas movidas por el viento y la bicicleta que los Reyes me echaron hace ya de esto…sesenta y muchos años.

Las ilusiones se dan cita en esta noche mágica. La fantasía de creer en algo imposible y que sin embargo no se antoja un espejismo, los Reyes están ahí con la ilusión de esperar también ese otro regalo que todos anhelamos profundamente, paz y bien. Y en medio de todo ello la inocencia, la pureza, las miradas ensoñadas viendo pasar la cabalgata de sus Majestades y tras la noche vivir ese otro sueño que continua siendo real después de despertarnos.

Mañana, Día de Reyes, los sueños se prolongarán contemplando al abrir la puerta del salón y ver junto a los zapatos, montones de paquetes perfectamente envueltos queriendo adivinar cuál es el nuestro y que contienen, que da igual, que el misterio supera y hace olvidar lo que pedimos; y las cuerdas por las que los pajes subieron, tiradas por el suelo y la palangana sin agua que se bebieron los caballos y camellos.

Este es el gran momento, el momento único en el que todos participamos de la ilusión de los niños; y por qué no, aprender a ser y vivir también con la inocencia y bondad que guardan ellos mismos.

¡Felices Reyes!

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