Ainhoa y Marcos, de veinte años, aseguran que “apetece” pasar de fase, a la tercera, porque ya se pueden hacer más cosas y con más gente, pero creen que “vamos muy lentos” en cuanto a recuperación, ya que “sigue habiendo contagios”, respecto a la pandemia para “lo rápido que pasamos de fase”.
Pese a lo duro del confinamiento, “al final nos acabamos acostumbrando”. Tras varios meses encerrados en casa “ya no queríamos ni salir”, afirma Ainhoa, a quien “los primeros días” no le “apetecía mucho” pero luego ya todos los días está “fuera de casa”. Ella se ha visto “dos o tres pelis cada día” y leído “dos o tres libros” durante el confinamiento, y él, que reconoce que ha sido “demasiada tele” y le cogió hasta “asco”, se ha ‘chupado’ “seis o siete series”. Dependía del día, en el que más presenció fueron siete entregas de la saga de Harry Potter, y asegura que durante el ‘encierro’ en el hogar “ahorrabas dinero, no necesitabas nada” pero “ya fue salir y necesitas gastar”, con lo que “ya estamos en la misma de antes, sin un duro”.
Por su parte, a Aurelio le parece “fenomenal” que pasemos a la Fase 3 siempre y cuando se respete todo lo que indican las normativas sanitarias y “nos mentalicemos” de que esto todavía no se ha pasado. Hay que respetar el metro y medio o dos metros de distancia, ponerse la mascarilla y pedir a la juventud, respecto a los botellones, que “se esperen un poquito, que van a tener tiempo”.
No hay que correr
El sector hostelero ha sido uno de los que “más han sufrido” las consecuencias de la pandemia, con lo que es positivo que, poco a poco, vaya recuperando su actividad con un aforo ya permitido de hasta el 75 por ciento en terrazas y 50 por ciento en el interior, así como la posibilidad de servir en barra con una distancia de un par de metros entre clientes. Hasta la ‘nueva normalidad’ esto irá paulatinamente progresando, pero “no podemos ir corriendo porque podemos tropezar y caernos”, opina Aurelio, que está invitado a asistir a una boda el próximo día 20, aunque estima que probablemente se suspenderá porque, a su juicio, hay requisitos que no ‘casan’ muy bien con este tipo de celebración como que no haya baile o que comas con un familiar distanciado a al menos un metro y medio. Cree, en este sentido y siempre que “no haya una recaída que nos lleve otra vez a lo que hemos sufrido”, que a partir de agosto estas celebraciones remontarán en favor de la actividad hostelera y la creación de puestos de trabajo.
Las terrazas que abrieron previamente ya estaban “a tope” y está “bien” que se pueda retornar a la barra del bar con el avance de fase, sin que la gente, que tras lo vivido necesitaba ya “un poco de respiro”, “se anime en exceso” puesto que lo mejor es llevarlo con calma y tranquilidad, “sabiendo que todavía falta” para salir de esta situación, aprecia Javi, que espera que “cambien algunas cosas respecto a la normalidad anterior” como que emerja en el día a día el sentimiento de solidaridad que se exaltaba durante el confinamiento.
Casinillo
“Algún día” irán a “la barra del bar”, donde ya se puede consumir con medidas de seguridad, pero las celebraciones en torno a la Virgen del Prado en torno a su festividad son lo que más van a echar en falta las amigas de la Tercera Edad que se reúnen por la mañana en la plaza del Pilar en un encuentro al que le han puesto el nombre de ‘Casinillo’, donde “cada una dice una cosa, contamos chistes y nos reímos”.
“Todos lo hemos pasado mal, pero los mayores lo acusamos más” porque, “aunque salgamos poco”, lo de estar “metidas en casa” sin poder ir a ningún, ha sido “radical”, señala Esther, que aboga por “seguir avanzando” de forma responsables para “no retroceder”.
Para Jorge, abogado, existen posibilidades de que vuelva a haber rebrotes, tengamos que volver a confinarnos o se aplique de nuevo una medida drástica, pero “hay que ser optimistas y confiar en que “poco a poco podamos volver a recuperar nuestras vidas”.
En Ciudad Real, “ha habido momentos de estrés, miedo y una incertidumbre” que sigue presente porque “las consecuencias, no sólo sanitarias, sino también sociales y económicas van a ser muy duras”, e imagina que, como le ha pasado a él, todo el mundo ha tenido momentos de temor e inquietud.
Consecuencias
Está deseando que se pueda cruzar de provincia para que regresen sus hermanas que “viven fuera y no han podido venir desde hace tiempo”, e imagina, en relación con las estadísticas que indican que Ciudad Real ha sufrido más que ninguna otra provincia de la región los efectos de la pandemia, que la “clave” esté en las residencias de ancianos, pero “habrá que esperar la valoración de los expertos y cuando haya más datos saber exactamente qué factores han influenciado, porque supongo que los habrá puramente sanitarios pero también económicos y sociales”.
En su sector, “los abogados laboralistas tenemos ahora bastante trabajo porque hay muchos Ertes y procesos que es previsible que acaben en despido o reducción de derechos de los trabajadores en general. Ahí estamos teniendo bastante trabajo y creo que lo peor además está por llegar”.
Hay quien, como Teresa, que espera que llegue el fin del estado de alarma y la apertura de movilidad entre provincias para irse a Cádiz a darse un chapuzón en la playa, y quien vea, como Jesús, que el sector de la música es de los más afectados ya que, aunque puede haber espectáculos al aire libre en la Fase 3 de hasta 800 personas sentadas de aforo máximo, el público no está tan acostumbrado, como sí ocurre en teatro, a presenciar un directo en un asiento o butaca. No obstante, como miembro de varios grupos entre ellos Legendarios 80’, confía en que julio y agosto, teniendo en cuenta que las previsiones actuales son diferentes a las que se transmitían hace un mes, “haya algo de movimiento” aunque sea en eventos pequeños.
Con agrado
En el Bar Ángel, como las mañanas están “fresquitas”, sus clientes han recibido con agrado la posibilidad de consumir, distanciados, en la barra, la cual es “pequeñita” con lo que se sirve a “tres o cuatro como mucho”. El aforo en el interior está limitado a catorce personas, siendo el ‘fuerte’ de este establecimiento la terraza que, en cuanto hay una temperatura agradable, se llena. “Hay compañeros que no han abierto y, exceptuando el viernes que hizo frío, prácticamente todo el día está llena”, comenta Ángel, que estima que actualmente están realizando “como un 80 por ciento de nuestra venta normal”, con lo que, pese a que el negocio es “algo menos rentable” y tras tres meses con el cierre echado, tenían ganas de abrir.
La que abrirá la próxima semana es la taberna irlandesa Deicy Reilly’s, comenta Julio, en cuyo otro establecimiento, el bar sureño la tascantina 26 Ranch Bar, dedicada a John Wayne, la terraza está “funcionando muy bien”, llenándose con reservas por la noche.
